Sin Medir Distancia

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“No quiero volver a verla más nunca en mi camino distancias que nos separan me hiere su cruel olvido es muy cierto que la noche es tan larga con mi desvelo rayito de la mañana tu sabes cuánto la quiero”. Gustavo Gutiérrez Cabello.
 
Raymon Sales Contreras
Columnista
En mora de manifestar mi opinión constructiva y veraz, en el acontecimiento cultural que empaño para muchos el homenaje a este grande del folclor vallenato, merecedor de todos los elogios habidos y por haber, socializo que este incidente resalta la realidad de lo que hoy atraviesan muchas agrupaciones de este género musical, no en vano la decadencia y el déficit de buenas composiciones llenas de costumbrismo y de poesía, quedaron sepultadas con el asfalto y el pavimento que alejo las musas y le cambio el olor al entorno que ya no avisa cuando viene la pertinaz lluvia, fueron absorbidos por la equivocada comercialización e internacionalización de este humilde y noble folclor.

El epicentro de las manifestaciones culturales de nuestras regiones caribe que erigen como grandes festivales y anuncian en sus organizaciones, eventos de alta alcurnia como gancho para atraer público de todas las esferas, con el único y firme propósito de llenar sus arcas, están minando con estas prácticas la pasión de seguir ejecutando el acordeón como lo realizaba Alejo Duran, Abel Antonio Villa, Lorenzo Morales y el inmortal Emiliano Zuleta Baquero, hoy los intérpretes solo anhelan llegar a formar una agrupación, enviar unos tres o cuatro vitrinazos a los secuaces de moda y con eso asegurar una prenda material que determine el buen momento y la calaña de personas con las que se están relacionando, o que decir del “Hombre de las Carreteras”, para un buen entendedor, pocas palabras.

Cuando en ocasiones me preguntan, ¿De donde es originaria su idiosincrasia y estirpe cultural y nativa?, con orgullo respondo, de Villanueva La Guajira, no he terminado de responder cuando me complementan, de donde son las Dinastías, Romero, Zuleta, Maestre y Cuadrado, entre otras, si señores, así es, es un insigne referente del que gozamos, y al parecer en eso nos hemos quedado, viviendo de la historia, que alternativas están generando entes como las fundaciones que lideran y gerencian los festivales que van en auge comercial y en retroceso cultural y folclórico, porque en mi pueblo no hay un escenario donde coterráneos como Andrés el Turco Gil, prepare generaciones de acordeoneros que mañana engalanaran los escenarios Locales, Nacionales e Internacionales, ratificando porque son Villanueveros, estamos con el consuelo de que ya tenemos quien nos represente pero no hacemos nada por preparar nuevas generaciones y es lamentable que no solo es para el tema del folclor sino para todos los márgenes de representación, Social, Político, Cultural, Gubernamental, etc.

Es hora de despertarnos, viene una nueva versión del festival Cuna de Acordeones y se presentan las mismas vicisitudes que atañen las anteriores, patrocinio, anticipos para agrupaciones, rogadera y rebajas porque a según no hay recursos, traslado de escenario para montar los eventos y recaudar más dinero, parece que todo seguirá igual, me pregunto si el problema es de direccionamiento o malas estrategias aplicadas o en su defecto, un ciclo cumplido de una junta directiva perpetuada porque no hay quien ejerza control o veeduría de los lineamientos planteados o realizados hasta ahora, lo cierto es que nos quedamos solo con lo recorrido de la historia y un estancamiento generacional que siempre será representado por los que con muy poco caudales nos dejaron un gran patrimonio como herencia musical, Sin Medir Distancia.

Con el cariño y el respeto de siempre,


Raymon Guillermo Sales Contreras

Adiós a un patriarca

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Faltaban apenas dos meses para que el próximo (13) trece de julio, cumpliera nuestro último y único tío sobreviviente, los (92) noventa y dos años. De la estirpe de los Daza Portela, de San Juan del Cesar; había nacido en esta hermosa tierra el (13) trece de julio de 1.921, del matrimonio eminentemente católico conformado por Ezequiel Daza Daza y Remedios Portela Brochero.

Por prescripción médica los esposos Daza Portela, tuvieron que trasladar su residencia de su natal San juan del Cesar al confortable y amañador corregimiento de El Molino, lugar especial para poder superar los quebrantos de salud que padecían, a la vez que soslayadamente el facultativo resolvía los problemas y dificultades para la administración de las “ILUSIONES” y de paso la disminución del abigeato en esos parajes muy cercanos a El Molino.

En San juan del Cesar habían nacido ya sus primeros hijos, quien sabe si dos, tres o cuatro, ya que al trasladarse al oasis mencionado, habían convenido que todos sus hijos nacerían y serían bautizados en su natal San Juan del Cesar, pacto que cumplieron al pie de la letra, siendo el último de los viajes pre y post-parto el del verano de 1921, cuando nació su ultimo retoño TIRSO BAUTISTA DAZA PORTELA. Ya habían nacido en orden ascendente Dolores Matilde, Eufemia Remedios, Luisa Elena, Rosa Virginia, Gracia Mercedes, Ezequiel José y María Daza Pórtela.


Chicho como cariñosamente te llamábamos todos tus sobrinos, ese día 11 de mayo, día en que tus  ojos se cerraron para siempre, que hermoso regalo le llevaste a Mama vieja, a tu mamá que tanto quisiste, en el día de las madres tu alma se fue al cielo y tus despojos mortales al lado de su tumba, en tu querido Molino. Esa fue tu última voluntad y así se cumplió. Gracias al empeño de toda la familia que bajo el liderazgo de tu sobrino Hugues Daza Zabaleta, logramos rodear de apoyo y cariño a tus hijas María Teresa, Martha y María Estela Daza Ariza.

Tirso Daza Pórtela sella un siglo de existencia desde el matrimonio de sus padres en los albores del siglo veinte, hasta su deceso el 11 de mayo de 2013. Chicho, atrás quedaron los recuerdos de tus antepasados, tus padres Teto daza y Meme pórtela, tus abuelos y bisabuelos nuestros, legado de tradición y orgullo, heredados de Ezequiel Daza Maestre y Domingo Portela, sin dejar a un lado a doña Nieves Brochero, atrás quedaron también de Ismael Daza, de Rosa Santa Portela y de Isaias Daza Portela a quienes invocabas con tanto orgullo y satisfacción.

Que el patriarca TIRSO BAUTISTA DAZA PORTELA descanse en la paz del señor y que sus hijas María Teresa, Martha y María Estela sientan que tienen el respaldo y cariño de toda la descendencia de los Armenta Daza, de los Olivella Duran y de los Ariza Daza.

Chicho, tu alma en el cielo y tus restos en el Molino. Gracias a todos, especialmente a Hugues Daza Zabaleta y Aida Urbina, Adiós TIRSO DAZA, adiós al tío, adiós al amigo, adiós al compañero de trago de tantas ocasiones, adiós a un patriarca, adiós, adiós.

Adalberto Ariza Daza

Para Villanueva mi@

Las venas abiertas de la Guajira

28/5/13 0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!


Hernán Baquero Bracho
Columnista
Tomando como punto de referencia al gran escritor Uruguayo Eduardo Galeano con su exitosa obra “Las venas abiertas de América Latina”, La Guajira, un departamento rico en recursos naturales, pero también en cultura, en turismo y en gente inteligente, le ha sucedido como a la América colonial que fue saqueada durante siglos por los europeos, encabezados por España, país a quien le debemos en parte de nuestros males por la maldita herencia genética que dejaron aquí, todo lo que trajeron en su conquista fue la “basura humana” de esa estirpe europea y producto de esa maldita herencia es que Colombia es uno de los países más violentos de la tierra, uno de los más corruptos en el globo, producto del cruce de tantos bandidos y “despojos humanos” que fue los que llegaron del viejo continente.

Y en esa herencia maldita, dentro de esa vorágine de muerte y destrucción, de saqueo, de barbaries, de codicia y desdén, los guajiros hemos dado ejemplo en décadas del saqueo de los recursos públicos que de manera abundante y sobredimensiónales han manejado a su antojo los dirigentes de marras que ha tenido el departamento y como los vampiros chuparon la sangre de los más débiles que es la comunidad y se convirtieron en asesinos en serie de los holocaustos que ha tenido que vivir La Guajira por culpa de estos “colonizadores” que todo se lo han llevado para aumentar sus patrimonio familiares, con la complicidad de otros dirigentes de menor cuantía, mientras que la pobreza extrema, la mala calidad de vida, la falta de calidad de agua potable, de buenos acueductos, de buenas vías de comunicación, de infraestructura turística, del caos ambiental, de la protección de los recursos naturales, del poco crecimiento industrial y del desorganizado comercio formal campean a lo largo y ancho del departamento de La Guajira.

Y pareciera lo que sentenció Eduardo Galeano en su libro, se estuviera cumpliendo a la perfección en la península: “Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros; los imperios y sus caporales nativos. Y agrego: en La Guajira, el carbón, el gas y la sal se transfigura en chatarra y los alimentos se convierten en veneno.

El bienestar de nuestros dirigentes han sido dominantes hacia una población diezmada por el hambre, la desnutrición, la pobreza, el analfabetismo y las ilusiones de unas promesas politiqueras y clientelistas donde la hegemonía la han ejercido siempre sobre el lomo de la ignorancia, de la estupidez y de la lambonería de las clases más necesitadas. Y han sido como una maldición de nuestras comunidades condenadas por siempre a la mala calidad de vida, a una pobreza infernal y a una lapidaria información de que no valemos nada.


Por ello la afirmación de que: “La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será”. Es la realidad que hemos vivido en nuestra Guajira del alma donde más de un dirigente es una carroña que por fuera pareciera blanco como la nieve, pero por dentro actúan como el lobo que se visten de ovejas para engañar y engatusar a sus víctimas que somos todos nosotros: incautos, ilusos, que siempre actuamos como los sonámbulos y lejos de sospechar lo que ellos crean en sus mentes diabólicas y maquiavélicas.

El bendito carro y el acordeón

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La Provincia de Padilla y Valledupar vivió en 1925 el suceso más extravagante de su historia con la llegada del primer carro, pero el acordeón le arrebataría su gloria.

Hace casi cien años, las aldeas de la provincia de Padilla y Valledupar en el antiguo Magdalena Grande vivían una soledad inimaginable para el mundo moderno, pero un suceso extraordinario cambiaría su historia: la aparición del primer carro, el mayor símbolo de poder y gloria de la época.

El auto llegaría a San Juan del César, un pueblito de gente pretenciosa y malhablada, y su futuro dueño era un rico extravagante y, según algunos, descendiente de un prófugo francés de la prisión de Cayena que se refugió en La Guajira en el siglo XIX y amasó fortuna adueñándose de tierras baldías y ganado ajeno.

La noticia del “aparato que andaba solo” escandalizó a todo el mundo, excepto a un puñado de vagabundos que se deleitaban en el monte cantando unos ritmos con acordeón que los negros antillanos habían llevado a esta región años atrás, y ahora los nativos les estaban dando forma propia con sus historias.

La nueva música estaba contagiando a la gente y el dueño del auto pensó que le podría arruinar el espectáculo de su auto. Pero no solo el acordeón era una amenaza porque tenía otro problema: era hipocondríaco y no soportaba los olores fuertes y pensó que la gasolina quemada le haría desistir de su gloria.

Se sobrepuso con un extravagante experimento. Instaló en su mansión donde vivía con su criado -la célebre Casa del Balcón de “El amor en los tiempos del cólera”-, más de veinte lámparas de petróleo y las dejó encendidas día y noche para acostumbrase al insoportable vaho.

Quince días después el Señor terminó intoxicado y con bruscos cambios de humor producto del envenenamiento con hollín, pero creyó haber superado su asco. Los chismosos merodeaban por los postigos de su casa y regaron que el “ricachón” se había vuelto loco de tanto pensar en el tal carro.

Ahora lo único que le inquietaba era la “vulgar” música de acordeón que venía desde los montes y los pobres disfrutaban por las noches en las puertas de sus ranchos, mientras seguían las estrellas fugaces de las perseidas de agosto, una lluvia de meteoros cruzando el cielo durante todo el mes.

El Señor le decía a su criado que le iba a cambiar la vida a los pobres y que pronto olvidarían la música de acordeón. El auto lo importaría de Detroit y le costaría seiscientos pesos, una fortuna para una época en crisis, pero estaba tan ensimismado que ya no le paraba bolas a un periódico de la capital de la República, un privilegio que solo él disfrutaba una vez al mes y le llevaban en mula desde Valledupar.

El periódico adornaba la sala como otro signo de distinción, ante el anhelo de los pobres de tener algún día siquiera unas páginas para darles un poco de dignidad sus casas, pero el Señor guardaba bajo llave los ejemplares viejos. Esta vez lo dejó olvidado y un aldeano aprovechó el descuido y un mediodía se metió al patio y se llevó una par de páginas que luego pegó en la pared de su casa, bajo el riesgo de ir al calabozo y someterse al escarnio público, pero el Señor no se percató del hecho.

Su preocupación era el arrebato de los pobres por la música y sus intérpretes, venerados como santos. Entonces ordenó al Inspector de Policía prohibir la música, considerada vulgar por la Iglesia porque incitaba las bajas pasiones. A la mañana siguiente apareció clavado en la puerta de la iglesia un memorial que proscribía el acordeón y se excomulgaba a quienes desobedecieran la orden.

El “Diablo” sale a las calles

Una tarde llegó una caravana de mulas con una carga envuelta en lona y los aldeanos pensaron que eran armas para otro conflicto, como la Guerra de los Mil Días unas décadas atrás. Nadie imaginó lo que era: un Ford modelo 23 desarmado y traído en mula desde Riohacha tras quince días de viaje.

El Señor mandó traer un mecánico de Bogotá para armar el carro, y la gente decía que desde su llegada sucedían extraños aquelarres en el patio. Un temible pistolero confesó que una madrugada de amor prohibido sintió un rugido y un olor a azufre y salió corriendo con su amante.

La gente entró en pánico, las mujeres rezaban y los hombres se armaron. El sacerdote anunció una mañana en plena misa que esa tarde saldría el carro a las calles. Una muchedumbre bulliciosa y e incrédula se arremolinó en la plaza a la espera de la aparición del “aparato”, mientras se persignaban ante la iglesia.

Por un callejón asomó el auto rugiendo como una bestia y provocó, según testigos de la escena, el momento más inolvidable y romántico de la historia de la región: niños, ancianos, mujeres embarazadas, perros y mulas formaron una algarabía como el caos del anuncio de la Guerra de los Mil Días.

La gente gritaba histérica al ver al raro artefacto que despedía un ruido y un olor muy extraños y se acercaron cautelosos entre empujones. Dentro de la esquelética máquina descapotada iban las tres personas más célebres del momento olorosas a colonia María Farina, que el dueño del carro les había untado para estar a la altura del suceso, aunque el vaho del auto ahogaba el fino perfume y ahora todos querían oler humo.

Las mujeres lloraban de la emoción, los hombres gritaban vivas, los niños saltaban, el loco del pueblo gesticulaba como un cuerdo, los perros aullaban, los enemigos ‘godos’ y liberales de la vieja guerra fratricida se abrazaron como compadres, y varias señoras en medio del frenesí se rasgaron sus trajes dejando sus grandes tetas al aire y nadie se alborotó...

Los amantes prohibidos huyeron al río y las adolescentes se dejaron desflorar, el ladrón más descarado del pueblo sucumbió al espectáculo y no saqueó las casas íngrimas…, en fin ocurrió lo más parecido a un milagro, y solo cuando el carro se guardó al anochecer todos salieron de la conmoción arreglándose sus figuras y se marcharon a sus ranchos.

Esa noche nadie pudo dormir porque el ruido y el olor del carro los tenía mareados, retumbando en sus oídos y pegado a sus ropas. Algunos quisieron olvidarse del asunto y se acostaron con sus mujeres, pero sintieron un inusual desgano. Pero cuentan que una pareja de ancianos lo intentó y se infartó, y a la mañana siguiente los encontraron abrazados.

En el acostumbrado ritual del tinto de la madrugada nadie calumnió a nadie ni echó mentiras, como era usual. El dueño del carro tampoco pudo dormir, aunque sus motivos eran distintos: caviló toda la noche cómo sacarle provecho al hechizo del carro sobre el populacho. Temprano por la mañana tenía un plan que le dejaría una jugosa ganancia y arruinaría al pueblo.

A esa hora un gentío rodeó el portón del patio del rico y le exigió la salida del carro. El Señor mandó decir que no tenía gasolina, pero él era considerado y les dejaría ver el carro una hora por solo ¡cincuenta centavos!; y les prometió que cuando le llegaran las latas de gasolina Troco (Tropical Oil Company) desde Barranquilla, les dejaría dar un paseo en su auto ¡por un peso!, una cifra inalcanzable para la mayoría.

La novelería por dar un paseo en el carro dejó limpio al pueblo, mientras el rico empezó a padecer una rara enfermedad que el único médico de la región diagnosticó como “caprichos de un hombre insoportable y necio, víctima de su vanidad”. El olor de la gasolina quemada estaba dañándole sus nervios y su personalidad.

El auto empezó a salir a otras aldeas como si fuera un circo y con una recua detrás abriendo trochas, porque aún no había carreteras. Al llegar a Fonseca, un pueblo vecino, sus habitantes se espantaron y un hombre fue atropellado y falleció horas más tarde, pero nadie le paró bolas hasta un mes después, cuando se enteraron que la noticia había salido en el periódico de la capital.

Los aldeanos de Villanueva, otra comarca cercana, se ofendieron porque no les habían llevado el carro, y el dueño les mandó decir que “no voy a destartalar mi joya en un pueblucho lleno de piedras”. Un General villanuevero de apellido francés compró su propio carro, y enseguida el Señor vendió el suyo por el doble de su precio y trajo un nuevo modelo.

En poco tiempo llegaron más carros y un camioncito con una carrocería barnizada que parecía un fino mueble de sala, y las autoridades decidieron sacarla en las procesiones y exhibirla en el atrio de la iglesia.

Entonces pasaron cosas extraordinarias: los pobres ya no sabían si reconocer a los ricos por el olor de la María Farina o por el humo de los carros. Ya no se dejaban hechizar por la distinguida fragancia francesa y preferían el humo y la grasa de los autos, al tiempo que los niños corrían alegres detrás de los autos tragándose el vaho con el mismo deleite del azúcar fundido que olían de los patios de los ricos.

Otro alboroto

De pronto los carros perdieron interés durante las elecciones presidenciales de 1930. Un libanés barbudo apareció de la nada con un aparato del tamaño de una mesa que, según decía, podía hablar: la radio. La gente se conmocionó esta vez con las noticias políticas y se despertaron de nuevo los viejos odios políticos que había reconciliado el abrumador espectáculo del carro.

El Inspector de Policía aprovechó el enfrentamiento de liberales y ‘godos’ y levantó la prohibición de la música de acordeón que tanto le gustaba y cada vez estaba contagiando más a todo el mundo, mientras sus cantores se estaban volviendo verdaderos personajes.

El pionero del carro se había encerrado en su mansión y casi no salía, mortificado por la música de acordeón, la radio y, sobre todo, al ver a la “chusma” paseando en los carros. Su criado recuerda que se acostaba solitario con sus oídos y nariz taponados de algodoncitos mojados de María Farina para olvidarse de todo.

Para entonces, los carros, la radio, los periódicos y el azúcar fundido dejaron de ser una novedad. La música de acordeón irrumpió con fuerza y se adueñó del alma de pobres y ricos, sin distingos políticos y condición económica. Los cantores provincianos habían dado identidad propia a la primera experiencia estética de un pueblo que se debatía entre el hastío, la pobreza y el abandono del estado.

Más de cien años después, el arrebato de los provincianos por la Música Vallenata va más allá de la ostentación de los carros y las modas más exorbitantes. La magia está en su secreto: la mezcla entre lo alegre y lo melancólico, una experiencia irresistible a un pueblo que con sus cantos alivia la carga de tristeza que lleva dentro.

Uriel Ariza Urbina
Soyperiodista.com

Compilación: Villanueva mi@

Maduro, Endiosado o Endiablado.

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Raymon Sales Contreras
Columnista

“Con ciertas personas vale más ser traicionado que desconfiar”. Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán. Los cacerolazos en Venezuela ya encontraron eco en una situación repentina que irrumpió en la cotidianidad Política, Social, Económica e Internacional, la generó una chuzada de aquí a Pekín para indicar la magnitud de lo que internamente se vive en ese país, una alocución que demarca el distanciamiento macabro entre dos fuerzas guerreristas ideológicas que se resisten a perder el poderío capitalista que les genera ejercer el régimen dictatorial de un estado dividido en derecho, democracia e institucionalidad, un verdadero sometimiento de un socialismo mal copiado.

Solo analizando cómo se puso de moda sacar divisas de esa nación en la modalidad de carpetas, sinónimo utilizados por los beneficiarios de esta modalidad transaccional de aumentar los ingresos en lo que la devaluación de la moneda Venezolana permite con relación al Dólar, es preocupante la situación si sabemos que uno de los implicados en el audio filtrado es el señor Diosado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional de ese país, quien maneja a su antojo uno de los establecimientos puntuales al momento de manejar las finanzas del pueblo a través de la Comisión de Administración de Divisas, CADIVI, famosa por favorecer a gran parte de la población fronteriza en nuestro estado Colombiano con los famosos giros mensuales a familias que tienen la oportunidad de acceder a estos beneficios.

La situación no es cuantos problemas internos a parte de los ya socializados tiene nuestra hermana República Bolivariana, ni saber cuántos benefactores tiene este sistema de sacar finanzas por estas modalidades, el conflicto surge cuando no es idónea la persona designada como Presidente de la Nación, quien ejerce el poder en todos los estamentos, el mismo que tiene polarizado los entes de control, no entiendo cómo se habla de democracia en un país que no se sabe si esta Endiosado por delegar funciones a servidores exclusivos que no se tocan con el pétalo de una rosa o Endiablada por tener al interior de sus Fuerzas Militares, asesores extranjeros que solo quieren mantener las prebendas que adquieren como el Petróleo a un precio insignificante y otras garantías que logran con liderar un modelo Socialista que ya está en decadencia, amanecerá y veremos, Dios permita la reconciliación de los poderes en la hermana nación en aras de restablecer la paz y la tranquilidad que merecen nuestros hermanos Venezolanos.

Con el cariño y el respeto de siempre.

Raymon Guillermo Sales Contreras

“Koky” futuro truncado

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Hernán Baquero Bracho
Columnista

Que vaina la muerte intempestiva genera tristeza y dolor y es cuando se remolinan en la mente pasajes y recuerdos de la persona que deja un gran vacío en una familia, en una comunidad, en una generación de profesionales y en una Región. El absurdo accidente de tránsito ocurrido el martes 7 de mayo donde fallecieron cuatro personas, donde Rafael Enrique Maestre Orcasitas, joven profesional del derecho y quien era conocido cariñosamente en Villanueva como “Koky” no solo en su profesión, sino en su liderazgo y en su servicio de las clases más necesitadas del “Cuna de Acordeones”, dejó a miles de Villanueveros estupefactos por la trágica noticia, las redes sociales colapsaron por la muerte prematura de “Koky” donde más de uno no lo podía creer.

“Koky” era el orgullo de su madre y de su familia, la líder comunitaria Genith Orcasitas Pérez, ampliamente conocida como “La Capora”, mujer de una verborrea impresionante y defensora de las causas más nobles de su pueblo: humanitaria, sincerota, con personalidad, arrojo y valiente para expresarle a cualquier verdades por muy duras que fueran. Y de allí de ese amor, de ese ejemplo de madre orgullosa, su hijo “Koky” aprendió a jalonar y a querer a los más débiles y por ello para cristalizar esos sueños, entró al claustro Universitario en la Corporación Universitaria de La Costa de Barranquilla y se convirtió en Profesional del Derecho y fue más allá, continuo estudiando siempre con la mirada puesta en su Villanueva del alma e hizo Diplomados y Posgrados porque su gran sueño era ser un buen Alcalde de Villanueva y murió con esos sueños por ello su futuro se vio truncado ante este absurdo accidente. Somos creyentes y como creyentes en ese Dios todopoderoso, tenemos que aceptar los designios de EL por muy duros que ellos sean, así nos golpeen el alma  y afecten lo más profundo de nuestros corazones.

En esa noche del martes siete de mayo, en la residencia de su madre donde fue velado, la gente llegaba por los cuatro costados a darle y a entregar sentimientos de dolor a la gran “Capora” y a sus hijas y es cuando ante ese cuadro inerme de desesperanza, de llanto y de confusión, se le arruga a uno el alma al ver a una madre desconsolada por la muerte de su hijo amado y en ella y en su hermana Diana es cuando  la suma de recuerdos de lo que fue “Koky” en vida se convierten en nostalgia y asoman las lagrimas de manera copiosa, de manera rabiosa y bajo los efectos de una quimera de amor. Un cuadro para no olvidar, un cuadro donde los más débiles también se apegaron al dolor de esa madre que como en la canción Vallenata, del inmortal Tobias Enrique Pumarejo, no la consolaba nadie. Su esposa Dayana Alarcon y su pequeña hija conformaban ese cuadro de dolor.

Y el sepelio que fue junto con el de su amigo “Nene” Cuadrado y “Lleras” el cuadro era más aterrador. El pueblo en masa se volcó a la Iglesia Santo Tomas a darles el último adiós, en medio de esa tristeza, de ese dolor y la lluvia que amainaba para que hombres del campo llegaran en sana paz a su última morada. Las escenas de tanta congoja y de tanto amor a los seres queridos se apretujaban por los ojos y se almacenaban en tantas personas buenas que tiene Villanueva y que todavía a esas alturas no lo podían creer. Las reflexiones del sacerdote Elkin Rojas llegaron a lo más profundo de una Iglesia donde no le cavia un alma mas   y al salir de ella, solo se sentían en lontananza los cantos del tenor Villanuevero, Eduardo Martínez Ferreira, donde en forma melancólica irían a un lugar donde no existe ni la amargura, ni el odio, ni la envidia, solo la paz celestial donde moran los caídos por diferentes circunstancias y por diferentes modos llegan a alegrar el canto celestial del Dios del amor y del Dios de la vida. Solo queda el recuerdo imperecedero del “Koky” Maestre Orcasitas, del “Nene” Cuadrado y “Lleras”, con la alegría que salieron de sus hogares a cultivar la tierra y a dar ejemplo del trabajo honrado pero una “Cerda en el camino” truncó la vida de un líder que podía haber escrito la historia de Villanueva de manera cristalina. ¡Paz en sus tumbas!


Imagen: Villanueva24H (Didier Hernández)

A la Memoria de un Impecable Servidor

8/5/13 0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!



“Un líder es aquel que no tiene miedo a la responsabilidad y saca la cara ante los demás sin que le importen las consecuencias”.

A la memoria de Rafael Maestre Orcasita “Coqui”, un Villanuevero ejemplar que nació para defender los intereses de su pueblo con el único beneficio de velar por un mejor modelo de gestión y representar una generación nueva, llena de disposición, capacidad, profesionalismo y las ganas de borrar la mancha de corrupción que hoy enloda las administraciones municipales que rigen el destino de nuestro municipio, fue la faceta que recuerdo de este paisano impecable que hoy partió al encuentro celestial con Dios.

Imborrable la huella marcada en las actuaciones que hicieron parte de su vida terrenal, el líder cívico y social que representantes se catapultó con las denuncias realizadas a los presuntos hechos de corrupción evidenciados en la actual administración, eso demuestra el compromiso ciudadano que siempre expresaste por tu pueblo.

Acompaño en la distancia a su ejemplar familia y a todos mis coterráneos que hoy comparten ese duelo por la irreparable pérdida de estos insignes paisanos, una vez más aflora el lamento y el dolor por estos sucesos que fatídicamente marcan la partida de seres queridos.

Con el cariño y el respeto de siempre,

Raymon Guillermo Sales Contreras

 
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