Honda Herida

24/12/13


Raimon Guillermo Sales Contreras – Columnista. “Solamente me queda el recuerdo de tu voz como el ave que canta en la selva y no se ve, con ese recuerdo vivo yo y con ese recuerdo moriré”. Honda Herida-Rafael Escalona.

Se cierra un capítulo inmortal en la leyenda del más grande que ha parido el folclor vallenato, ese muchacho que erigió de la boscosa carrizal y que encontró en ese entorno natural la riqueza necesaria para amasar la fortuna más grande con la que un juglar puede llegar hasta su última morada, su fiel fanaticada.

Nace en un entorno humilde rodeado de playones y mesetas, rodeado de una fauna única y excepcional donde el cantar de las aves afinaban en su corazón la pureza de sus sentimientos y el fervor por honrar la palabra cuando de servir se trataba, ese fue el hijo de la vieja Elvira y el Viejo Rafa, inmortalizados en esa magna expresión de amor llamada “Mi Muchacho”.

Liceísta como yo, marco huellas imborrables en mi Villanueva del alma, cuentan los recuerdos que cambiaba carbón por la mensualidad de poder seguir estudiando, pero la adversidad en ocasiones le ganaba las batallas, no en vano emigro a otras tierras donde la semilla limpia y abonada que representaba su legado, germinó hasta saciar la savia que da buenos frutos.

En las anécdotas consignadas en el libro “Un Muchacho llamado Diomedes”, escrito por el excepcional Luis Mendoza Sierra, me llamó la atención uno en especial, Diomedes laborando para Radio Guatapuri, encargado de distribuir la correspondencia, recibía muchas quejas ante su patrón el viejo Regulo Pineda, en la demora de las entregas de las cartas y otros documentos, como alternativa potencial se optó por comprarle una bicicleta no sin antes consultarle si tenía experiencia en la movilización de esta herramienta, al que el inolvidable cacique respondió afirmativamente, oh sorpresa para el gerente de la entidad cuando las quejas se dispararon anunciando que se demoraban más las entregas, situación detectada cuando en un seguimiento realizado se encontró que no sabía manejar bicicleta y guardaba su compañera de labores en casa de una vecina, ese fue el gran Diomedes Díaz.

Con estas cortas líneas quiero honrar la memoria del más valioso y original interprete de la música vallenata, ese que en la Paz Cesar se dio el lujo de reemplazar en una noche al Jilguero de América, Jorge Oñate y este en un acto de reproche le reclamo que porque estaba interpretando como cantante de la agrupación a lo que el público presente pidió que siguiera cantando el Cacique de la Junta, esta reflexión para no olvidar que Diomedes fue utilero de los Hermanos López, eres grande e irremplazable Cacique, nos dejas una Honda Herida.

“Como Diomedes no hay otro y eso nunca nacería y si nace no cría y si se cría se vuelve loco”.

Con el cariño y el respeto de siempre,

Raimon Guillermo Sales Contreras
Columnista Villanueva@mia.


Otrosí: Mientras exista un corazón tocado por Dios, la Navidad prevalecerá tan blanca y dulce, que podrá tocar al mundo entero, Feliz Navidad y Felices Pascuas, que la estrella de Belén nos ilumine en esta Navidad y que cada día del Nuevo año la bendición del Señor te guarde a ti y a todos tus familiares, un abrazo grande lleno de paz, fortaleza, alegría, amor y mucha reflexión.

1 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!:

  1. Nando Gonzalez dijo...:

    Que oportuna y acertada reflexión, que grato recibir esta bonita descripciones más viniendo de tu ilustre persona, muchas gtacias Raimon...un fuerte abrazo...

 
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