Un Encuentro Generacional

“Ahora dice que se encuentra arrepentida/ ahora dice que se encuentra arrepentida/ y que maldice haberme conocido/ y se olvida de que mis mejores días se los di a ella/ con todo mi cariño”, mis mejores días, obra inmortal del más grande del folclor vallenato, así fueron los días que disfrute en mi terruño después de tantos tiempos idos en los cuales no pude acudir a la cita pero el regreso me permitió evidenciar que aun estaban intactas las buenas costumbres y los grandes amigos.

Era toda una ilusión y una gran expectativa como volvería a encontrar la Plaza Municipal de mi Villanueva del alma, el maestro de ceremonia anunciando la siguiente agrupación, el olor del chuzo asándose en esos anafes antiguos y la pertinaz llovizna que nos recuerda que estamos de festival, como premio a la constancia y dedicación, al anhelo y el deseo de poder asistir, la bicicleta de siempre, la tradicional veintiocho del viejo Cacha Guillen, como si nos hubiéramos citado, yo bajándome del carro de mi compadre y cuñado Keyton Consuegra y el con su típico saludo, Contreras, de masa o de arroz, viejo Cacha ya usted sabe, de Masa y Cerdo.

Era la apertura de lo que sería la Trigésima Segunda versión del Festival Cuna de Acordeones, llegando a la mil delicias el primero en saludar, Chopo Lago, el hijo de la vieja Rita”q.e.p.d”, hermano de mi compadre Efrén Ramírez Lago y tío de un emblema representativo en lo que es una verdadera amistad, Joel Alberto Rumbo, de ahí en adelante eran solo abrazos y besos para todos y todas esas abnegadas personas que siempre hacen parte del entorno familiar y de amistad en un pueblo donde todos nos queremos como hermanos a pesar de las diferencias.

Comenzó la expectativa, la primera agrupación que se esperaba para abrir con broche de oro este magno evento, era nada más y nada menos que el gran Cacique de la Junta, Diomedes Díaz, en ese momento iniciaron mis comparaciones, los eventos anteriormente iniciaban mas temprano, este a diferencia, a las doce de la noche no iniciaba todavía, pareciera que el tiempo se tenía que regresar y el más grande de los grandes volvía a retomar su rumbo y su criterio musical, hacerse extrañar, lo que no había cambiado era el preámbulo que da inicio a la presentación del hijo de la vieja Elvira ese que nos demostró el amor y el agradecimiento que siente por nuestro pueblo y esa alocución inolvidable del maestro Jaime Pérez Parodi “ Y hace su arribo a la tarima el Cacique de la Junta Diomedes Díaz”, ahí fue cuando le dije a mi compadre y primo hermano Mauricio Javier Contreras Contreras “Cheja” vamos a peganoslo primo hermano que esta vaina va a ser lo mejor de esta noche y así fue no solo de la noche si no del festival a mi juicio.

Pasaron los días y la euforia de la juventud que gobernaba el entorno se perfilaba en las agrupaciones nuevas en cada variedad musical, nuevas generaciones se referenciaban con uno, los hijos de los amigos ya crecidos de tamaño y de costumbres, los que pertenecemos al mismo piso generacional haciendo el balance de canas, obesidad y otras cualidades que solo hacen parte de los que pertenecemos a la era de los 60 y 70, fue un gran encuentro donde todo era sonrisa y efusividad, para resaltar a Ximena y mi ahijado Mauricio Carlos Contreras Peña.

Con la nostalgia de no tener en el programa del festival a mis amigos y paisanos que tanto nos deleitaron con serenatas y parrandas, sentí la melancolía de no poder evocar esas épocas, como Dios nos regala los premios con el combo completo, no sé como apareció del anonimato mi ídolo, mi artista vallenato preferido, mi paisano de pueblo y de barrio, ese que tuvo la fortuna de inspirar en mi al igual que Jean Carlos (Casi Loco) dos artículos como agradecimiento a su amistad y proyección de nuestro folclor, "el Vendedor de Paletas" y "de Badillo al Hormigueral"; Ernesto Mendoza Peralta, con el escuadrón de amigos que siempre apuestan por él, José Jaime Vega, Enier Cuadrado, Juan Camilo Chirino, el Negrito Ramírez y Juan “el Diablo” su hermano, no me podía devolver a la capital sin ese abrazo y ese “compadre cuanto tiempo paso para volvernos a encontrar”, esa es Villanueva llena de armonía y grandes sorpresas.

Como al Cesar hay que darle lo que es del Cesar, hago un reconocimiento especial a Jorge Celedón Guerra, Roquelino, Cafetalero y ante todo Villanuevero 100%, por usted volví recordar un amanecer pacifico y eufórico de frente al Cerro Pintao en mi pueblo, se apreció las ganas de cantarle a su público, ese que siempre lo recuerda y lo extraña cada vez que no asiste por sus múltiples compromisos, a su diestra sus amigos de siempre Carlos y Nacho Mazeneth, Oscar Vega y el Mellito Rosado, cabe anotar que encontrándome rodeado de mi señora esposa Sandra Milena Mendoza Quintero, mi querida suegra Yolanda Quintero Gómez, mi cuñado Keyton Consuegra y mi comadre Milena, mis cuñadas Ximena, Yuranis y María José, Irina y Luis Alberto Núñez “panquemao”, extrañe a mi alrededor a esos grandes amigos que en una oportunidad me acompañaron cuando éramos unos adolecentes cargados de ilusiones y de inocencia, en ese orden recuerdo a mi hermano Wilson Ustariz Contreras y Carlos Javier Muza, Efrén Ramírez Lago, Hugues Salas Romero, Eduardo Pereira Henríquez, Javier Henríquez Celedón, Alex Rodríguez Baleta, Hernando González Fuentes, Héctor y Albeiro Pizarro Rodríguez, Roberto Carlos Ariño, Rodrigo Hernández “el Cacha”, Efrén Moscote, Fabián Rumbo “el Mono” y un sin número de hermanos del alma y del corazón que siempre gozaran de mi aprecio y mi respeto..

Con especial afecto hago una mención especial a los hermanos Adrian y Andy Ibarra Ustariz, insignes valuartes en la amistad y el aprecio, Dios derrame muchas bendiciones para ustedes y su familia y en especial para el primogénito Adrian; de igual forma resalto la presencia de la Familia Romero Villalobos, José Enrique, Enrique y Johana, los quiero mucho y mi respeto y agradecimiento serán eternos como mi admiración, saludos a la entrañable Carmen “Tía Tanta” y mi hermano Cilio lo mismo para toda la tropa maracucha.

Gracias a mis compadres del alma, Esteban Moisés Pinto Rosado, Flavio Cuadrado, Estefan Ustariz, Jesús el de Ceci y mis comadres Claribel Peña, Edilenis y Etietne Arias y mis ahijadas, un especial saludo a Eudes Quinto y Señora, Marisol Dangond y familia, al Zuletista Mayor, Eder "papito” Rosado y María Francisca, al Gualle y a mis primos del alma los hermanos Oñate Contreras, Dios nos brinde la oportunidad de no perdernos una versión más de este magnífico evento.

Con el cariño y el respeto de siempre,

Raymon Guillermo Sales Contreras
Columnista Villanueva mi@