¿Y las garantías?

30/3/16


“Si alguno se atreviera
a mirar mi corazón
comprendía en el instante
que yo soy vallenato
Ay tiene figura de acordeón
y sus latidos son un canto
Por eso es que nunca se confunde
el corazón de un buen vallenato”.
Emiro Zuleta, Canción Corazón Vallenato


Por: Fabrina Acosta Contreras. El 18 de Marzo en el Foro Concierto “La mujer en el Vallenato” organizado por la Asociación Evas&Adanes en el marco del Festival Francisco el Hombre, escuché decir a Rosendo Romero entre muchos argumentos sabios que expuso, que el vallenato está sufriendo muchos ataques y debemos unir esfuerzos para salvaguardar ese tesoro musical de nuestra tierra, también afirmó que “Algunos grupos que dicen cantar vallenato hasta con su presentación personal lo rechazan, pues parecen más reguettoneros que amantes de nuestro folclor”.

Considero que este es el punto de partida para esta columna que pretendo llegue a los lectores con el respeto y afecto que la escribo; tengo muchas preguntas y pocas respuestas pero como decía el poeta Jairo Aníbal Niño “Me gustan más las preguntas porque las respuestas a veces engañan”; ¿Cuáles son las garantías para salvarguardar el vallenato? ¿Hay garantías para las mujeres que se atreven a cantar, interpretar o componer vallenato? ¿Que aporte hacen los festivales a la inclusión femenina?

No son aleatorias estas preguntas, dado que después del inolvidable 18 de Marzo del año en curso, y digo inolvidable porque ese día por la tarde se vivió un derroche (sublime) de tertulia vallenata en el foro concierto LA MUJER EN EL VALLENATO, con los ponentes Rosendo Romero, Lucy Vidal y Jenny Cabello y por la noche seguían los retos y la agrupación Evas se presentaba por primera vez al Festival Francisco el Hombre; y esto representó el acto más puro de Fe, pues eran muchos los pronósticos “negativos” de las personas que afirmaban: “eso es para hombres ahí no le permitirán ganar a ninguna mujer” “ya negociaron con las directivas para salvar alguna estatuilla” “mejor no se quemen eso ya está arreglado”.

Siempre he dicho que CREER es tener un poco de inocencia, y la agrupación Evas llegó con las maletas repletas de Fe, talento y amor por la causa social que las une a través de la música, esa donde hombres y mujeres buscan tejer desde la igualdad una nueva historia y que mejor forma de hacerlo que desde: EL VALLENATO.

Si bien las mujeres no quieren nada regalado, pues tienen múltiples capacidades para lograr lo que se proponen, si necesitan unos mínimos que le permitan seguir en ese camino a la inclusión; las mujeres ahora no quieren estar solo como parte de un conjunto vallenato sino que anhelan ser protagonistas, menciono esto porque es factible que ganen concursos cuando están incluidas como una más en agrupaciones masculinas, pero no cuando son ellas las protagonistas como es el caso de las agrupaciones lideradas por: Evas, Luana o Lucy Vidal entre otras, que no entrarían en una sola columna porque son muchas, como lo demuestra la exposición de mujeres en el vallenato que lidera por estos días La Fundación  Decuplum en el centro comercial Guatapuri de la ciudad de Valledupar.

En este sentido, es importante mencionar que después de varios días del Festival Francisco el Hombre (y aclaro que es un festival que respeto y no juzgaría ni hoy ni en posteriores oportunidades, pues tienen mi admiración por la valiente misión cultural que lideran); muchas personas se han acercado a decirme cosas como: “Creo en las Evas y sé que tienen talento, lo raro fue que el sonido no les sirvió a ellas pero si a las demás agrupaciones”, “lamentable que con la presencia de una mujer con la voz magistral de María José Ospino no hayan logrado estar en la final” , “Tenían a músicos reconocidos como Freddy Patiño, fue injusto que no pasaran”, “ en un momento se escuchaba más el corista que las voces principales” “El acordeón se escuchó solo por momentos, pero María Silena lo hizo muy bien” , “ a pesar de todos los inconvenientes del sonido, las Evas merecían pasar porque tenían calidad”, “tranquilas se llevan el gusto de que fueron la agrupación por la que chiflaron al jurado porque merecían pasar a la final”,  “Fabrina tu que eres defensora de los derechos, no hiciste nada para solucionar ese tema te quedaste con los brazos cruzados”

Realmente son muchas cosas las que me han dicho, pero busco la curva final de esta reflexión diciendo, que presentarse a un concurso implica ganar o perder, respetar las decisiones de los expertos que por expertos son designados jurados, que es preciso demostrar calidad humana en la madurez y ética con la cual, se reciban las decisiones consideradas correctas o equivocadas; además no se debe poner en duda ni la organización del festival, ni a todo lo que represente el concurso; solo seguir con más ahínco en la causa social que aporta a la salvaguarda del vallenato como patrimonio cultural de nuestro territorio, y para eso considero que deben seguir los foros conciertos liderados por las Evas y los Adanes musicales, porque es así como se logra la igualdad, sin dejar por fuera la perspectiva femenina, ni la masculina, pues no se trata de competir como machos y hembras, sino de convivir como mujeres y hombres.

Así que a quienes consideran que debemos dejar de creer, de intentarlo, de luchar por los espacios femeninos en el vallenato, les digo que a pesar de las heridas que deje intentarlo una y otra vez, vamos a seguir porque solo quien persevera logra y quien logra es capaz de reinventar la historia.

Siempre que se rompen esquemas se asumen riesgos, pero no se puede dejar de creer, además los festivales no son los únicos escenarios para buscar la igualdad, he pensado por ejemplo, que las mujeres podemos inventar varios espacios creativos que sorprendan y cautiven al público en general, al mundo, a las nuevas generaciones y blinden al vallenato tradicional de la extinción; eso sí, aseguro que la garantía que daremos es que no se confundirá el reguetton, ni el rock con la música de acordeón, caja, guacharaca y guitarra.

Esas son mis garantías y como dice Rosa Luxemburgo sigamos “Trabajando por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” 


Hay Evas pa´ rato, esperen sorpresas, no hay límites y no nos da miedo traspasar fronteras, pensándolo bien no sería descabellado crear un Festival Vallenato Femenino, ¿Por qué no?

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