El nudo gordiano del Hotel Guazara

11/3/11


Una vez más hay tentativa de poner las concesiones del municipio -como debe ser- bajo la lupa pública (Ver Noticia "Informativo Villanuevero"). Esta vez me referiré a ciertos aspectos del Hotel Guazara, y advierto que en esencia esas consideraciones se hacen extensivas a otras concesiones, ojalá logre despertar el espíritu propositivo de los lectores (y candidatos) en procura de desatar el nudo gordiano en el que se ha convertido el Hotel, porque infortunadamente después de aquel escándalo por la diáspora de los contratistas de la empresa carbonífera “MPX Colombia” al municipio de San Juan (hoy pretendidos por Valledupar), la algarabía pasó rápidamente y retornó la cotidianidad.

Las actividades de comercialización de los bienes y/o servicios del Hotel Guazara de Villanueva (La Guajira) pueden organizarse de dos formas, a saber: (i) En desarrollo del objeto social de una persona jurídica constituida con capital público y organizada como “empresa industrial y comercial” o con capital público y privado, organizada como “sociedad de economía mixta”. Por su naturaleza pública esa entidad integraría el sector descentralizado del orden municipal y dado que realiza una actividad con ánimo de lucro de forma similar a los particulares, las utilidades obtenidas están llamadas a nutrir los ingresos o rentas del presupuesto municipal bajo el rótulo de “recursos de capital” en la modalidad de excedentes financieros de empresas industriales y comerciales o sociedades de economía mixta. (ii) Sometiendo el bien fiscal (inmueble) -como parece que ocurre actualmente- a la administración y operación de particulares en virtud de un contrato de concesión. En este evento, al existir un contrato de esta naturaleza la contraprestación o renta contractual entregada por el concesionario a favor de la entidad pública concedente debe también ingresar al presupuesto municipal bajo el rótulo de “ingresos corrientes – no tributarios”.

Lo admito, la segunda opción no me gusta porque no está dando resultados, pero ninguna de las dos modalidades es buena o mala por sí misma, todo pasa por la forma eficiente y transparente como se actúa al momento de ejecutarlas. Lo que sí es claro es que cualquiera sea la forma adoptada para operar el Hotel Guazara, la actividad empresarial debe generar unos recursos para continuar con su óptimo funcionamiento y, además, que engrosen el presupuesto de ingresos y rentas del municipio. Este último punto es el central de este escrito, SIEMPRE debe nutrirse el presupuesto municipal.

Si las dos alternativas descritas no permiten generar ingresos para garantizar su buen funcionamiento y que alimente las rentas presupuestales, emerge una tercera alternativa -indeseable también para mi gusto- pero necesaria si las dos primeras no resultan: La venta del inmueble en subasta pública siguiendo las normas sobre contratación estatal (Decreto 4444 de 2008). La venta y la puja propia de la pluralidad de oferentes de las subastas permitirían obtener un buen valor o precio, pero además les daría la posibilidad de rescatar este símbolo villanuevero a los empresarios del sector hotelero. ¿Qué hacer con los recursos públicos que se obtengan como producto de la hipotética venta? ese podría ser tema de una próxima columna de este debate.

En conclusión, si las actividades del Hotel Guazara no se dinamizan desde el sector público de tal forma que nutra con sus utilidades los ingresos reflejados en el presupuesto municipal, antes que se caiga a pedazos el edificio, debe abrirse el debate sobre la venta del inmueble. No podemos seguir inmersos en las arenas movedizas de la suspensión consuetudinaria de los servicios públicos, utilidades exiguas o inexistentes sin ningún beneficio para las arcas del municipio.

Andy Alexander Ibarra Ustariz
Columnista Villanueva mi@
Twitter: @andyIU

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