Los Contralores, descontrolados

15/3/11


Breve. El rompecabezas se arma desde la administración anterior de la Contraloría General de la Nación, en mente de Julio Cesar “Júnior” Turbay Quintero.

Quienes están obligados a derrotar la corrupción que dejó el gobierno anterior, son los que fomentan semejante acto deshonroso a nivel jerárquico.

En los últimos años y en menos de unos meses Colombia se ha visto rodeada por varios escándalos de corrupción del ente de control que vigila al país, sin olvidar la “KORRUPCION” que nos dejo Alvarito Uribito Velecito en su pomposo Gobierno, pero bueno el Mesías no es el tema. El tema es que los contralores Departamentales, Municipales y el propio Contralor General de la Nación anterior (Júnior Turbay a quien la procuraduría abrió una investigación preliminar por los gastos excesivo que se reflejaron en su orden) se descontrolan en su función, el hecho que ejerzan control también los hace gozar de poder sobre los mandatarios de turno, pero como en el caso de turbay-estaba Uribe Vélez la corrupción era por ambos lados. La actual Contralora, Sandra Morelli, denunció que la administración anterior se realizaron interceptaciones en comunicaciones internas, algo parecido a las semi-chuzadas, nominas paralelas y hasta un vehículo equipado que sería como de oficina rodante era un autentico “Batímóvil.”

Además, la contralora manifestó que en el ente de control se hallaron contratos de corta duración por prestación de servicios por más de 53.000 millones de pesos sin ninguna justificación, lo cual generó una nómina paralela dentro de la institución y una carga millonaria para el Estado. “18 mil millones de pesos en nóminas paralelas en la Contraloría, imagínense este señor controlaba al país y por el otro lado lo desangraba.

¿Quién controla a los que nos controlan? Si por la Contraloría General de la Republica llovía mucho, en las Contralorías Departamentales y Municipales no escampaba, el anterior Contralor de San Andrés Islas, Ramón Enrique Mosquera Lozano, quien en su época aparentemente venía extorsionando al Gobernador de la isla, Mosquera Lozano, fue capturado cuando recibía $50 millones de pesos, por no iniciar un proceso de responsabilidad fiscal, acto bochornoso para un profesional que ejerce esa función de garante hacia una transparencia.

Sigue el descontrol, otro profesional envuelto en escándalo fue el contralor Departamental del Huila, Jaime Toledo Cuellar, al final de un histórico debate, uno de los más largos en la historia de la Asamblea del Huila, gran parte de los diputados que estaban a favor del Contralor Departamental hallaron fundados los argumentos expuestos por uno de los diputados y tomaron la determinación de destituir fulminantemente de su cargo al doctor Toledo Cuellar, otro contralor descontrolado. El contralor Municipal de Barrancabermeja, Mario Fernando Mantilla Ronderos, fue capturados por hombre del Gaula de la Policía, en inmediaciones a la casa del señor Alcalde. El contralor de manera presunta le exigía al mandatario dinero, a cambio de no abrir investigaciones en su contra, el alcalde denunció que venía siendo extorsionado por el Contralor descontrolado, hoy en día detenido por las autoridades competentes.

Es un reto grande para algunos profesionales que quieren llegar a estos cargos de control fiscal, a cualquier escala a donde se pueda representar, pero si no se toman en serio esta función de fiscalizar serán ellos los llamados al banquillos por sus actos y por sus manejos. Y para cerrar con broche de oro este artículo, donde se puede armar este rompecabezas, estalla otro gran acto de corrupción a nivel nacional de los Contralores. El contralor nada menos y nada más que el de la capital colombiana el doctor Miguel Ángel Morales Russi, empañado y envuelto por pedir “coimas”, lo que me llaman en mi pueblo el “CVY” o el diezmo a los contratistas de la capital. El procurador destituyó e inhabilitó por 20 y 15 años a Morales Russi, al considerar que incurrió en faltas disciplinarias adecuadas al tipo penal de concusión y a la falta especial disciplinaria de incremento patrimonial no justificado, consideradas gravísimas.

Esto es una radiografía, de las contralorías y los contralores, que manejan el control fiscal del país. Pese a 3.795 entes de control, la corrupción sigue su marcha, existen cerca de 4 mil oficinas de control para vigilar los recursos del Estado. El país gasta anualmente más de $4,5 billones del presupuesto nacional para los organismos del orden nacional y departamental que se encargan de vigilar los recursos públicos. Viendo estas cifras aplicaría un concepto económico la relación costo vs beneficios.

Digo yo, pasaron ocho largos años de corrupción en el país de las maravillas y sus uribitos.

“Santo Tomas, yo también quiero a Villanueva.”

Rodrigo Alberto Hernández Fernández
Columnista Villanueva mi@

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