El renacer del magdalena grande

1/8/11

Uno de los efectos más negativos que tuvo el auge del paramilitarismo en los últimos años en la región Caribe fue diluir el discurso regional. En la medida en que los grupos de autodefensas capturaron el estado en varios de sus niveles con el fin de apropiarse de sus rentas y formalizar el poder de sus armas, la convocatoria a trabajar por proyectos regionales se hizo imposible. Mientras ello ocurría, el rezago en materia de desarrollo económico y social de la región se fue profundizando aún más, con el agravante de que buena parte de su tejido social fue destruido por la violencia guerrillera y paramilitar.

Como consecuencia de todo ello, la región luce hoy desarticulada y carente de un liderazgo que le permita recuperar su otrora protagonismo en las grandes discusiones nacionales- aunque últimamente se están dando visos de estos liderazgos que tanto necesita esta sección del país- y una mayor participación en la definición de las políticas públicas. Aunque se ha venido recuperando, como lo expresé anteriormente ese liderazgo y ese timonel por parte del Atlántico y su capital Barranquilla, junto con Cartagena.

Los últimos acontecimientos ya no en materia de inseguridad y de la captura del estado por parte de los grupos armados al margen de la ley, sino por parte de las mismas medidas del gobierno nacional, como la reforma constitucional a los artículos 360 y 361 de la carta magna y el atropello por parte del ministro de agricultura y desarrollo rural, en contra de los intereses de La Guajira, con el tema “del elefante blanco” de la represa del ranchería, ha vuelto a colocar la mirada en esa gran región como lo fue “El Magdalena grande” que la conformaron los departamentos del Magdalena, Cesar y Guajira y hoy esos vientos vuelven al primer plano.

Como es normal los ríos buscan su curso natural, así sus regiones vuelven a buscar las rutas de integración, como era en el pasado. Lo manifestaba el señor gobernador de La Guajira, Jorge Eduardo Pérez Bernier, en la instalación de “las mesas de trabajo, formuladas para superar la pobreza, en el departamento de La Guajira”, convocadas por el senador de la “U” Jorge Ballesteros Bernier, de volver a integrarnos, como “el Magdalena grande” ante tantos atropellos del centralismo salvaje y esa idea fue acolitada por el senador guajiro, el viernes 15 de julio en la ciudad de Riohacha.

Y esto no da más espera. Debemos volver a crear esta importante sub región, en bien de sus ciudades y municipios, de su gente – donde existe una identificación plena- en cultura, en política, en letras, en artes y en identificación de sus costumbres. Debemos actuar ya, para conformar este bloque, primero, como región productiva de hidrocarburos y minerales energéticos; segundo, establecer un grupo competitivo con identificación plena de proyectos productivos para las oportunidades que vendrán y tercero volver a tener esa gran sub región que tanto bien le hizo a la patria.

Y el momento no puede ser más oportuno, como quiera que los liderazgos políticos e intelectuales en estos departamentos y en sus respectivas capitales acaban de renovarse, y con ellos las esperanzas de una nueva forma de administrar el estado y de impulsar esa agenda, que aportas de un nuevo debate electoral saldrá más fortalecida en estos tres departamentos. ¡Manos a la obra pues!.

Hernán Baquero Bracho
Columnista Villanueva mi@

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