Leyes pilares del municipio

21/11/11



Nuestro país y con él, el departamento de La Guajira, vienen experimentando cambios profundos y trascendentales, para bien o para mal, de acuerdo a la óptica y al manejo que se le ha venido dando a la península, que han hecho de uno y otro algo diferentísimo, ni Colombia ni La Guajira, volverán a ser los de antes. Bien se ha dicho, que hay años en que solo trascurren días de historia, como hay días cargados de años de historia. La celeridad y vértigo con que suceden los cambios y transformaciones en la era contemporánea, no tiene antecedentes en nuestra nacionalidad.

En La Guajira da vértigo observar que los cambios han sido anacrónicos y con conceptos e ideologismos en la poca transformación que se le ha dado a su desarrollo. Podemos afirmar que La Guajira perdió su norte en tres décadas, que de haber originado un cambio institucional, originó un retroceso en los apetitos personales, corrupción y atomización de sus recursos y clientelismo desproporcionado de sus dirigentes. La apertura mental no se ha dado en la mayoría de los casos. El municipio y el departamento, dejaron de ser apéndices del desgatado centralismo, aunque con el gobierno actual se pretende volver a ello, como por ejemplo en el caso de la expropiación de las regalías a las regiones productoras y el zarpazo que el país andino le está propinando a los departamentos y municipios.

En el 2012 se inicia un nuevo proceso administrativo y gubernamental. Los alcaldes de los diferentes municipios de La Guajira, los que salen siempre han tenido en cuenta tres leyes fundamentales: La ley 111, que es la del presupuesto; la ley 152, que es la del plan de desarrollo y la ley 80, que es la de la contratación, leyes estas que se convierten en pilares para la administración de un municipio. Pero los alcaldes que están próximos a finalizar su cuatrienio, fueron pocos creativos y convirtieron a sus municipios en una administración simple, a lo que le dictaba la ley y a su poca iniciativa. Es decir, el municipio lo manejaron como talla “S” pero las necesidades de la comunidad siempre han sido talla “XL” y de ahí el disgusto y la mala calificación que la mayoría de los alcaldes reciben en el mandato que termina.

El cumulo de necesidades insatisfechas es enorme y el descredito con que muchos salen es de la misma naturaleza. Si los nuevos alcaldes elegidos popularmente, en su nueva administración manejaran al municipio de igual forma, seria otro fracaso en los próximos cuatro años. Por ello hay que pasar de una administración simplificada a una compleja con agentes externos como catalizadores en su desarrollo. Es por ello que el código de comercio, contempla puntos de vista para la generación de empresas que debe ser la punta de lanza en las nuevas administraciones para combatir el flagelo del desempleo que es alarmante y de esta manera teniendo al código de comercio de la mano del gobernante se podrían realizar actividades que redunden en beneficio del desarrollo del municipio y del crecimiento del PIB municipal de manera mas positiva.

Como epilogo, traigo lo que escribió Marco Tulio Cicerón, en el año 55 antes de Cristo y que no ha pasado de moda, dos mil años después: “El presupuesto debe equilibrarse, el tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda publica debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada… La gente debe aprender nuevamente a trabajar en lugar de vivir a costa del Estado”.

Hernán Baquero Bracho
Columnista Villanueva mi@

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