Ser Humilde

11/10/11


Dado que vivir es aprender basados en el ensayo y en el error, cometemos muchísimas equivocaciones. Sin embargo, el problema no está en las equivocadas, el problema es vivir equivocaciones, el problema es vivir equivocados, principalmente por no saber reconocer nuestros desaciertos, ni mucho menos apartarnos de ellos.

Ser humilde significa asumir la responsabilidad por las acciones incorrectas que emprendemos. Si no somos humildes, no tenemos oportunidad de crecer como personas. Cuando nos equivocamos, la única forma de enmendar nuestro error es admitiéndolo, aceptando nuestra responsabilidad y renunciando a seguir quebrantando la norma. Quien admite su error asume una actitud humilde ante la situación. La oportunidad para corregirnos y cambiar solo es posible cuando nos sentimos sin cargos de conciencia.

El error más serio que podemos cometer es saber que estamos equivocados y no hacer nada para cambiar. Al decir la verdad, al admitir el error, lo sacamos al exterior y lo hacemos visible. Única mente mediante la humildad obtendremos otra oportunidad y estaremos edificando en nosotros y en quienes nos rodean. La humildad es poderosa porque nos limpia y nos permite mostrarnos como somos, sin necesidad de aparentar o de esconder las fallas. La humildad nos da una gran valía como personas.

En las personas humildes podemos ver la manera correcta de actuar ante los errores: los aceptamos, los reconocemos y se apartan de las acciones erróneas. Muchos jóvenes creen que la humildad es una especie de inferioridad y subvaloran este atributo del carácter. Quien no es humilde suele defenderse con razones falsas auto justificándose en todo lo que hace mal y termina por destruir su carácter y genera la compasión o el desprecio de quienes lo rodean.

En realidad, el no ser humilde es un problema de exceso de ego. Muchas veces por no saber ser humilde aceptamos halagos falsos de los amigos, de la familia o de quienes apenas nos conocen. Es posible que también nosotros demos falsas opiniones de los otros para no lastimar su ego. En estas situaciones, ¿Dónde está la honestidad?. Con esta clase de comportamiento, nunca aprendemos a ser humildes y es posible que les estemos negando a otros la oportunidad de crecer.

El ser humilde es reconocer que aún estamos aprendiendo, que no lo sabemos todo, que estamos en un proceso de merecimiento y que necesitamos que la vida fluya en nosotros si lo sabemos todo entonces nunca fluirá hacia nosotros y estaremos muertos y sepultados bajo nuestro orgullo

Jorge Mario Lopez Nuñez
Columnista Villanueva mi@
E mail: jorgemlopez2@hotmail.com

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