El cliché: “Yo gestionaré”

24/10/11


La Real Academia de la Lengua Española define la locución gestionar, así: hacer diligencias conducentes al logro de un negocio o de un deseo cualquiera. El “yo gestionaré” además de ser una expresión pleonástica, es una frase cliché, una idea demasiado repetida en los discursos políticos que en términos coloquiales equivale a un simple “lo intentaré”, “haré la vuelta”, “me voy a esmerar por lograrlo”, sin ser una propuesta en concreto.

Si tuviéramos el poder de borrar este vocablo del diccionario varios de los candidatos en contienda -para preocupación- se quedarían sin ideas, sin propuestas y sin programa de gobierno. En el mundillo politiquero es correcto cimentar las propuestas en el demagógico, populista e inmaterial “yo gestionaré”, por el contrario, por ejemplo, es incorrecto hablar con sinceridad de mejorar el recaudo eficiente de impuestos. Ésta última palabra causa aversión en la población, es tan explosiva que ha generado revoluciones en naciones, independencias de países y también hacen perder elecciones.

Aún a riesgo de ser tildado como mal candidato, el buen administrador público habla sobre tributos sin sonrojarse. Los electores debemos saber que las propuestas –en caso de que las haya- pueden lograrse dándole solidez a las finanzas propias de la entidad pública, recaudando y administrando eficientemente todos los ingresos que contribuyen a financiar su funcionamiento, sus inversiones y a pagar las deudas asumidas. Muchas veces el “yo gestionaré” es utilizado por los(as) dueños(as) de la verborrea como la principal estrategia de gobierno (cuando a lo sumo debe ser una estrategia complementaria) supeditando siempre el futuro de la localidad a la buena voluntad y a la órbita de decisión de un tercero, entiéndase otra entidad pública o en particulares.

Con esa muletilla falaz, se le inyecta una dosis de esperanza a las masas sin que se percaten que no se le propone nada en concreto. Es cierto que la capacidad de gestión existe y por ello sé que no es fácil proscribirla del discurso político, no obstante, en el ámbito público soy dado a sospechar de toda propuesta que implique gastos o inversiones si no está claro el origen de los recursos, también sospecho del candidato que infundadamente dice tener capacidad de gestión y no lo respalda ningún hecho verificable.

La ruptura de los viejos paradigmas en las prácticas políticas es el único camino que nos llevará al anhelado cambio, el inicio de la senda del progreso se logra haciendo un esfuerzo de sincerar el discurso político y evitar que las falsedades, exageraciones e incoherencias comiencen a rodar por las calles engañando incautos, esas mentiras terminan siendo como las bolas de nieve que cuesta abajo degenera en una avalancha de insatisfacciones sociales y falta de credibilidad de los dirigentes.

Tengo mis preferencias electorales pero antes que defender personas he optado por defender ideas, creo que la preocupante realidad socioeconómica y política de nuestros pueblos mandan señales claras de quien puede contribuir a mejorarlas. No te dejes llevar por la emotividad de otros, piensa bien tú voto porque la historia indica que los buenos gobiernos no son producto de la irreflexión, la casualidad o la improvisación.

Andy Alexander Ibarra Ustariz
Columnista Villanueva mi@
(Twitter: @andyIU)

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