Nace Luis Andrés, en el barrio Galerías de Bogotá, rodeado del cariño de esa gran familia que hasta el último minuto de su existencia, gozaban de ese orgullo por ser el primogénito del matrimonio Colmenares Escobar, recuerdo su evolución y crecimiento como un niño tranquilo y carismático para conseguir adeptos, se robaba todas las miradas por sus impecables ojos y su transparente y tierna sonrisa, revoleteando en esa sala amplia que formaba su hogar capitalino se estrellaba en ocasiones con el baúl de recuerdos que en ocasiones adornaba su espacio de esparcimiento, con ellos emanaban del entorno 2 figuras que representaron para él una tranquilidad y seguridad para custodiar lo que posteriormente convertiría su personalidad e identidad en ese joven portentoso lleno de metas y proyectos, Pedro Luis Daza Ortiz y mi persona, Raymon Guillermo Sales Contreras, hoy con el alma y el corazón destrozado por tu anticipada partida.
Inicia un proceso de crecimiento que lo lleva a convertirse con el esfuerzo de sus padres en ejemplar bachiller del Liceo Cervantes de la capital, con honores se despide de esa institución dejando marcada la huella de los grandes y originales baluartes que prosiguen en la aventura de hacer realidad sus sueños, los tuyos, ser Ingeniero Industrial y Economista, para esta proeza seria la Universidad de los Andes la afortunada de engalanar sus aulas académicas con la capacidad, conocimiento, responsabilidad, dedicación y grandes valores, esos que le inculcaron tus abuelos Flor Gil y Andrés Escobar.
Se truncan tus sueños porque la voluntad de Dios está por encima de la existencia terrenal, hoy con tristeza nos corresponde aceptar este mandamiento, compartir este dolor, aceptar este vacío de tu existencia, pero nunca podremos olvidar tu obra y majestuosidad de persona, eso solo lo podemos experimentar de ahora en adelante en nuestras vidas, es la continuidad al legado grande e infinito que nos dejas, porque es imposible olvidarte.
Tus maestros que gozaron de ese crecimiento personal y espiritual hoy dan gracias al todopoderoso por haber tenido un servidor como tú, con tantas ganas de triunfar, de progresar, de servir y ante todo de vivir, como homenaje póstumo a tu memoria, resalto a tus padres ejemplares, a tu familia excepcional y ante todo a esos muchachos que te abrieron la senda que tu magistralmente seguiste, tu hermano Ricardo Vargas “dindo”, Adrian y Andy Ibarra Ustariz, tus tíos Ulises y Pedro Colmenares, y todos que hicimos parte de ese proceso que hoy culmina con tu fatídica partida, se apago la luz de tu ser, nos queda la luz de tu madre, se acabaron las horas marcadas por el reloj de tu vida terrenal pero se multiplica la existencia terrenal de tu hermano, se queda un puesto solo en la facultad de Ingeniería pero se amplían los espacios de las aulas de nuestros corazones, adiós Luigi, Dios asista tu alma en su trono celestial.
A Oneida, Jorge Luis y Luis Alonso, gracias por haberme permitido pertenecer a ese entorno familiar que solo se construye con ganas, perseverancia, dedicación y unión familiar, es mi despedida para Luis Andrés.
Con el cariño y el respeto de siempre,
Raymon Guillermo Sales Contreras
Columnista Villanueva mi@
Es muy triste encontrar en universidades prestigiosas de Colombia personas que carecen de valores morales, que usan su mente maquiavelica para arrebatarle la vida a personas ejemplares como este hermano de nuestra hermosa tierra la Guajira Dios perdona a esas personas irracionales que hacen daño no solo a una familia, a una sociedad, solo Diosito te pido mucha fortaleza para la señora Onedia porque el dolor de madre es infinito, es irremplazable, pero tambien Diosito pido que se haga justicia pronto y que la impunidad no sea la sombra de este triste caso