Buena Samaritana

La iglesia Santo Tomas de Villanueva está ligada a la historia de su población. Fue construida por españoles y el altar por el ibérico Emilio “Pancho” López Gómez, quien se quedó maravillado de este pueblo y conformó hogar con la matrona villanuevera Clotilde Magdalena Saurith Jiménez, de la cual existe una prolifera familia con hijos, hijas, nietos y nietas que él alcanzó a ver antes de su muerte ocurrida el 27 de septiembre de 1971. Así como su construcción está llena de elementos históricos, de igual manera los sacerdotes que por ella han pasado han dejado huellas indelebles en la biografía de la feligresía villanuevera, y entre los mas connotados que perduran en el recuerdo en todas las épocas, sobresalen el padre José de Suesca, cura español quien dejó una memorable cronología de su paso por la parroquia y de sus buenas influencias en la sociedad villanuevera, mas tarde llegó el padre capuchino José Agustín Mackenzie, el carismático “Guarecú” quien en sus famosas homilías cambio las costumbres en la iglesia, cuando este pueblo practicaba la esclavitud bajo la figura de “los concertados”, cuando cada banca pertenecía a una honorable familia de la sociedad de este pueblo; otro de los curas que dejó un anecdotario en nuestro pueblo fue el padre Bernabé Arizmendi, a quien esta comunidad todavía recuerda en lontananza y él desde su patria natal España, también conserva los mejores recuerdos de Villanueva. Otro cura que dejó buenos recuerdos fue el padre Ríos, quien con años a cuestas nos decía muchas verdades, y luego un cura villanuevero como el sacerdote Augusto José Ovalle Quintero nos devolvió la fé perdida a esta bella población y quien también nos cantaba verdades que a muchos no les gustaban y hoy el sacerdote Elkin Rojas, como buen antioqueño también en sus homilías nos canta la tabla de lo que debe ser un buen cristiano.

La iglesia Santo Tomas a través de su historia se ha constituido en el templo sagrado de Dios de todos los villanueveros y eso nadie lo pone en duda. Siempre el Santo Templo ha necesitado de personas piadosas y misericordiosas para su embellecimiento y mantenimiento y en el pasado reciente la iglesia ha contado con esas personas que han contribuido con dichos objetivos. En el tiempo del padre Ovalle, el empresario Carlos Mattos Barrero, contribuyó además de la iglesia con la reconstrucción de la Casa Cural, en el tiempo que lleva el padre Elkin, el ingeniero Peñaloza también como buen cristiano contribuyó de manera gratificante en la reconstrucción del techo de la iglesia que estaba a punto de caerse.

Hoy una buena samaritana, sanjuanera de nacimiento y de corazón villanuevero, Rosa Daza Crespo, de la congregación del Sagrado Corazón ha tomado este deber cristiano y haciendo una correría por Barranquilla, Valledupar y tocándoles el sentimiento a villanueveros residentes en estas dos importantes capitales, así como a villanueveros del mismo pueblo para que colaboraran con el embellecimiento y el mantenimiento de nuestra emblemática iglesia y con ese apostolado que “Ocha” Daza se echó a los hombros, logró su cometido y los resultados están a la vista. La iglesia Santo Tomas como en los viejos tiempos está quedando bella y hermosa para que los feligreses continúen con la misma fé creyendo en ese Dios Todopoderoso para que continúe colocando su gracia en todos los villanueveros. Gracias Ocha Daza por ese regalo que le has dado a este bello pueblo y ese ángel que tu tienes allá arriba, “Luisrra” quien es tu hijo continúe derramando bendiciones por todos nosotros. ¡Así es y así será por siempre!

Hernán Baquero Bracho
Columnista Villanueva mi@