
Noticias desagradables fueron entre otras las expropiaciones por parte del gobierno nacional a las regiones productoras de recursos energéticos, donde con la complicidad del actual Congreso Nacional le dieron un zarpazo a sus economías y cambiaron las reglas de la Constitución Nacional al truncar los artículos 360 y 361 de la carta magna de 1991. Las regiones productoras se quedaran con el deterioro del Medio Ambiente y sus daños colaterales por la explotación de estos recursos y toda la contracción de su economía y su rezago en su desarrollo y otras regiones en cambio entraran a disfrutar de riquezas ajenas, a las cuales no tienen derecho. Entre las noticias también desagradables esta el desastre en el manejo del campo colombiano del actual Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, que como columnista es excelente en sus análisis, pero como ejecutivo para el sector productivo ha sido un fiasco para la economía de nuestro país. Y ahí mismo encontramos al Banco Agrario, que se convirtió en una burla para los productores del campo, especialmente para el sector algodonero, que tuvieron que enfrentar sus cultivos con recursos propios.
Y noticias muy malas fue el inclemente invierno que casi colapsa al sistema vial en Colombia. Además de la cantidad de damnificados con la ola invernal que dejó a una población diezmada y en las condiciones más paupérrimas de pobreza e indigencia. El invierno no solo afectó a pobres, sino también a ricos y a ambos los dejó en la quiebra absoluta.
En La Guajira también se produjeron hechos contundentes, especialmente en materia política. El triunfo arrollador de Juan Francisco Gómez Cerchar como nuevo gobernante de los guajiros. Quien venció paradigmas de esa política enquistada a través del manejo del poder de una manera clientelista y comprimida y llegó el cambio y de qué manera: se cayeron imperios que jamás pensaron en caerse y otros que quedaron como torres inclinadas a punto también de derrumbarse, todo por el mal manejo que se le dieron a los recursos públicos, a la concentración del poder que trajo como consecuencia “Nuevos Ricos” de la política y todo se vino abajo cual castillo de naipes. El estruendo fue de tal magnitud que todavía retumba en lontananza esa derrota que se sienten los quejidos y las tristezas por todo lo malo que hicieron con su soberbia y prepotencia en contra del pueblo guajiro. El año que ya pasó en nuestro departamento fue fructífero ya que se inicia una nueva era en su trayectoria, en su desarrollo y en su devenir.
Hernán Baquero Bracho
Columnista Villanueva mi@
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