Hernán Baquero Bracho. Villanueva, la tierra bella, siempre se ha caracterizado por ser forjadora de gente emprendedora, gente soñadora, gente echada pa’ lante en sus acciones, especialmente por sus familias que han sido ejemplo de superación, cuando se ha vivido en medio de dificultades, de luchas y esfuerzos y que con su tesonería han vencido esos miedos y esos tropiezos y hoy cientos de ellos son ejemplos de superación y de admiración. De ese temple y de esos buenos principios morales, se identifican tantas mujeres que se han convertido en unas heroínas de la vida y ya en su edad de oro son distinguidas como las grandes Matronas, que se convierten en los mejores estandartes de esas mismas familias y en el mejor ejemplo de sus comunidades y de sus habitantes.
Uno de los mejores ejemplos fue la
Matrona Villanuevera Margarita María Mendoza de Ustáriz, la señora Margoth como
era conocida entre los suyos y sus vecinos de toda una vida, allí en el
populoso barrio El Hormigueral. Quien al quedar viuda muy joven, a la muerte de
su esposo Don Gilberto Ustáriz Carrillo, quien fuera uno de los mejores
maestros de obra que tuvo Villanueva en una época y con siete hijos acuesta
para sacar adelante, se constituyó en el mejor ejemplo de superación por el
bienestar de su familia. De ello dan ejemplo Wilson, Ingeniero Industrial,
quien partió segundo, el recordado docente, investigador y quien fuera
decano de la universidad de La guajira; Emiro, Médico Pediatra que ejerce en
Venezuela; Martha, Administradora de Empresas, esposa del Odontólogo y reconocido
Folclorista Anais Ibarra Daza; Luis Gilberto o “Songo” Docente de toda una vida
en Villanueva; Cecilia, quien por mucho tiempo se desempeñó como una enfermera
eficiente, hoy pensionada por el seguro social; José Antonio o “El cacha”,
funcionario por más de veintisiete años de la multinacional Carbones de El
Cerrejón y Daysi Cecilia, a quien la tomó en su regazo desde muy pequeña,
siendo la hija mayor de Wilson; varios de sus nietos como Dayana Vega Ustáriz,
Asesora Jurídica de la Alcaldía de Villanueva, Adrian y Andy Ibarra Ustáriz,
profesionales exitosos de la Nueva Generación; América y Kenia Ustáriz de la
rosa, María Margarita, la esposa del reconocido otorrinolaringólogo Luis Ángel
Rodríguez, así como Ana Karerina y Rosy Ustáriz Guerra, entre otros.
El miércoles pasado nueve de Abril,
tras varias recaídas de su salud, muere en la Clínica del Cesar, en Valledupar
a los 88 años de edad. Sus exequias se realizaron el jueves 10 de abril en la
Parroquia Santo Tomas de Villanueva, donde cientos de sus paisanos, la
acompañamos a darle el último adiós. A expresarles a los suyos, con su
presencia el mismo dolor y la misma tristeza que los embargaba. Solidaridad en
su despedida a una gran matrona Villanuevera, donde gozaba del aprecio, del
respecto, de la admiración y del cariño especialmente de su familia: se fue la
madre abnegada y sacrificada, pero feliz en todos los instantes de su vida; se
fue la abuela querida, se fue la bisabuela amada, la tía consentida, la hermana
ejemplar y el mejor testimonio son sus hermanos Enrique y “Lacho Mendoza”, la
vecina inigualable, la amiga espectacular, la mamá consentida por todos, tal
como lo expresó con palabras emotivas, su nieta Dayana Vega Ustáriz en la
Iglesia Santo Tomas. Palabras llenas de emociones encontradas, pero reales y de
sentimientos llenos de remembranzas y de melancolía.
La señora Margoth se
caracterizó en vida por una dulzura y una sonrisa permanente llena de nobleza y
señorío. Con esa afabilidad a flor de labios, contagiaba al más extraño, esa
bondad, esa inocencia, esa sencillez y esa humildad les daba apoyo a todos los
que la conocieron y la trataron. Un optimismo por la vida, un amor
incondicional por sus hijos, nietos y bisnietos, la hacían tan singular y tan
ejemplar como un ser humano de calidades indescriptibles que hoy generan ese
sentimiento de dolor y de guayabo por la partida del ser que tanto amaban. Me
consta, las coronas todos ellos se las dieron en vida a su madre querida. La
suma de recuerdos genera la colección de nostalgias, por eso ella permanecerá
por siempre en lo más recóndito de sus sentimientos y de sus corazones. ¡Ha
llegado a la morada del Señor, un alma buena y como ser de luz a partir de
ahora se convierte en el mejor ángel de todos los suyos!. Que así sea.
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