Jorgito Celedón, el grande

Por: Hernán Baquero Bracho. Al obtener el Grammy Latino por segunda ocasión el pasado 20 de noviembre del año en curso, en la ciudad de Las Vegas, Estados Unidos, Jorgito Celedón se convierte por así decirlo en el grande de los Grammys y en la consagración del artista Villanuevero, que se ha convertido en el ídolo mundial del Vallenato y en la mejor carta de presentación de nuestra música vernácula y de nuestro folclor a nivel internacional. Claves del éxito: Disciplina, mucha disciplina, caballerosidad, humildad y nobleza que lo hacen un Villanuevero excepcional en la música vallenata. Ya había obtenido el primer Grammy en noviembre del año 2007 y que ha tenido un recorrido como los grandes para enmarcar dentro de la cultura y las costumbres colombianas. Su primera gesta musical fue cuando su tío el reconocido cantautor Daniel Celedón Orsini, a la edad de nueve años cantó y gustó con la composición de Lenin Bueno Suárez “Drama provinciano”. Luego vino su consagración como artista en el emblemático conjunto Binomio de Oro de América, bajo la dirección de Israel Romero Ospino, alcanza la gloria con los éxitos como “Olvídala” y “No te quiero perder”.

Luego conforma su propio conjunto con su voz líder en el año de 1999 con Jimmy Zambrano y se hace inmortal con los éxitos “Romántico como yo”, “Llévame en tus sueños”, “Canto vallenato”, “Juepa Jee”, “Son para el mundo”, “Parranda en el cafetal”, “Ay ombe”, “Esta vida”, “No te olvidaré”, entre otros, que lo hacen grande entre los grandes de la música vallenata. Una de sus grandes gestas fue en el año 2006 cuando en la Casa Blanca, en la presidencia de George W. Bush, rompió el protocolo y cantó una parranda bajo la mirada de todo el mundo y con “Parranda en el cafetal” se sintió en lontananza la fuerza musical que despierta este artista villanuevero, nacido en el barrio El Cafetal, en la mítica calle 72 de su Villanueva del alma. Luego de recibir el Grammy latino por primera vez es admitido con todos los honores en la Casa de Nariño por el presidente de la época Álvaro Uribe Vélez.

Con el álbum “Sin Fronteras” obtuvo su segunda presea internacional, que grabó con grandes de la música romántica y de la salsa. Con este recorrido pareciera que cuando escribió su primo Isaías Celedón Cotes su libro “Un sueño hecho realidad” se estuviera cumpliendo a la perfección lo que plasmó en ella el escritor villanuevero en el año 2007 “Un sueño hecho realidad, es la biografía de Jorge Celedón, sus rutinas y sus interesantes creaciones en el mundo del espectáculo, los momentos decisivos del maravilloso mundo de sus canciones, hasta llegar a conocer la fluidez de su estilo y la generosidad que lo identifica. Nos muestra las circunstancias acerca de cada uno de sus deseos artísticos hasta el momento de verlos coronados: Su arribo al estrellato, sus ventas millonarias, sus nominaciones, trofeos, sus giras internacionales al lado de figuras de talla mundial tales como: Shakira, Víctor Manuel, Vicente Fernández, etc. Además todo lo que le ha costado a Jorge Celedón llegar al nivel que ha conquistado con trabajo. Para convertirse en el gran artista que hoy por hoy nos representa a nivel universal”

Apartes de este excelente trabajo literario de Isaías Celedón Cotes, que nos remonta a sus inicios o a sus pininos como artista: La voz tierna de Jorgito, siempre ha invitado a la ternura, recuerdo su manantial de canciones románticas, vallenatos y baladas, cuando salíamos a dar serenatas. Su voz se colaba inesperadamente por las claraboyas de la casa de la enamorada, y ellas tiernamente dejaban asomar una sonrisa encantada en el marco de la ventana: Se emocionaban, eran los primeros amoríos pasajeros de Jorgito y sus amigos: “Yuyo” Bula, “El Chiche” Montero, “Lucho” Márquez, Oscar Vega, “Calilla”, Carlos Mazeneth, y otros amigos “Cafetaleros” quien los invitaban a que desmenuzara su repertorio de canciones para conquistar el corazón de la agraciada dama del momento; con ese manantial de voz armoniosa que hacía levantar a todos los fisgones en el sector del barrio, solo por el placer de escuchar al “Songo”.