“Más
de cien años de historia”
Fabrina Acosta Contreras. Cuando llega el 31 de Octubre se infla
el corazón de gozo, pues es ocasión para celebrar el natalicio de la matrona
Rita Contreras; se engalana el alma y la inspiración fluye con la pasión del
verdadero amor; ella es la mujer, la madre, la abuela, la tía, la amiga, la
comadre.
Hoy escribo con una emoción
desbordante, y tengo dos razones contundentes para sentirme así; pues estoy a
pocos días de lanzar mi segundo libro y celebro la vida de mi superabuela.
Que hermoso saber qué hace más de 100
años Villanueva la tierra del “Cerro Pintao” vio nacer a una mujer valiente y
esforzada como Rita Contreras, la cual, escribiría una larga y especial
historia; es procreadora de un valioso linaje ha gozado de sus 10 hijos, de sus
nietos, bisnietos y tataranietos, aún camina serena por los senderos de su
patio y hace emocionar con sus carcajadas, tiene intacta la memoria por eso
relata sus anécdotas con la precisión de una mente joven.
En los diálogos con ella se logra
recuperar la convicción, la fe, es estupendo saberse cerca a una mujer de más de 100 años que ha convertido en su mejor
amiga la paz y la tranquilidad de estar viva y sobretodo saludable.
Dios no pudo escoger mejor tierra que
la dama inclinada del norte de Colombia: mi amada Guajira, para que fuese el
vientre que pariera a una mujer como Rita Lucía Contreras que a sus más de 100
años, conserva la historia viva y tiene el poder de entregar a través de sus
palabras una sabiduría que no en vano se ha escrito entre cafetales, cantos de
gallos y arepas de maíz pilao.
Rita representa el carácter de mujer atre-vida
(las que atraen vida), su ejemplo de amor por la vida genera esperanza y motiva
a vivir. En ocasiones refiere que “está
agotada de estar tanto tiempo viva” y pareciera anhelar quedarse dormida y
viajar a la eternidad sin sentir la llegada de la muerte; pero aún en esas
palabras de cierre valiente de la vida, proyecta la más valiente esperanza.
Como no llamarla guerrera si logró sobrevivir
a una época en la cual, los derechos de las mujeres eran algo por lograr, no
tenían derecho a ejercer el voto, a estudiar ni a decidir cuantos hijos tener,
y con todo esos padecimientos Rita es una mujer de brillo, de sonrisa sonora y
con una fortaleza que podríamos envidiar muchas mujeres de las nuevas
generaciones.
Le ha correspondido despedir a hijos,
nietos, primos, a los que la muerte le ha visitado con precocidad, por eso
camina con la tranquilidad de haber reconciliado dos conceptos que siempre nos
parecen contrarios: la vida y la muerte; no vive con el temor de morir sino con
el deleite de respirar en paz, tener salud y con la tranquilidad de haber
trascendido algunos condicionamientos que constriñen a la humanidad; por eso no
se limita a la hora de comer dulces, helados o tomarse una que otra “gaseosita”;
recuerdo que hace unos años regañaba a sus nietos con vehemencia cuando los
veía comer dulces, pero ahora es ella la que tiene un corazón libre como el de
una niña que ha logrado recorrer la vida y volver al punto inicial, logrando
contar ella misma su historia.
Mi abuela es un universo de sorpresas
y su cuerpo aún conserva la matriz que dio vida a sus 10 hijos e hijas, sin
haber sufrido de enfermedad alguna asociada a la permanencia (extendida) de un
órgano que la ciencia define como peligroso tener después de cierta edad, pero Rita
no es un diagnóstico más, sino que es una mujer que rompe todos los recetarios
establecidos, admirable eternamente admirable.
Matrona de más de 100 Octubres, ceiba
humana de Villanueva, te amo y agradezco la herencia de tu legado; auguro desde
lo profundo de mi corazón todas las bendiciones merecidas para tu vida. FELIZ VIDA.
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