Hernán Baquero Bracho. Algo está
pasando en Villanueva. Su comunidad no cree o no le tiene confianza a su
alcaldesa, menos a sus concejales, tampoco a los que integran el Festival Cuna
de Acordeones, mucho menos a sus dirigentes en todos los órdenes. ¿Qué está
pasando? ¿A qué se debe la crisis? ¿Dónde está el meollo de la situación? Razón
tiene el amigo Juan Celedón Gutiérrez, quien dirige el programa de opinión”La
Matraca” a través de la emisora villanuevera Viva FM cuando expresa “en lo
único que están de acuerdo los villanueveros es en el desacuerdo” tremenda
expresión de profunda reflexión.
Expresión esta que dio origen a la
polémica que se ha formado con la realización del Festival Cuna de Acordeones
que fue corrido para el mes de octubre, donde el expresidente del cuna, el
exparlamentario, exdiputado, exdiplomatico y empresario Carlos Alberto “Beto”
Barros Mattos, le salió al quite por este programa de opinión, con críticas
constructivas al Consejo directivo del festival – el único patrimonio de que
goza el pueblo villanuevero –por la falta de gestión y de planificación para su
realización en esta versión y en un rife- rafe con el gerente de la fundación
del festival, el arquitecto Jaime Plata Suarez, a quien no le gustó el
comentario de “Beto” y mucho menos aceptó las criticas que el expresidente del
cuna les lanzó de manera frontal, sin anestesia y de manera franca y
directa por una parte ante el pago de los premios de la versión del año
pasado y mucho menos por realizar el festival este año en la quincena del mes
de octubre del año en curso así como haber trasladado el festival de su sitio
original al poli deportivo del barrio 11 de junio, defendió a su juicio y en
nombre del consejo directivo los argumentos esgrimidos por “Beto” Barros.
Pero siempre sucede lo mismo en la
tierra bella, el discurso de disociación es más importante que el de
conciliación. Así sucede en la junta de acciones comunales, en la política que
es el pan de cada día. Los villanueveros pareciéramos que sufriéramos del
síndrome del cangrejo y mucho más del síndrome de la serpiente y la luciérnaga,
donde el que brilla para el otro se convierte en una molestia enorme, lo que
genera envidia, juzgamiento y encono del alma, ante la incapacidad y la misma
mediocridad y además torpeza intelectual de diferentes escalas y colores.
Para escoger un candidato a una
corporación pública también genera urticaria y los otros prefieren perder todo
que aliarse en torno a la mejor opción. Así andamos siempre de tumbo en tumbo y
si es para que alguien nos represente en el gobierno departamental o antes el
gobierno nacional ahí tampoco nos ponemos de acuerdo al contrario atizamos la
hoguera para el que tenga la mayor opción no llegue y preferimos no tener nada
que fulano vaya a ocupar tal posición y surgen entonces las comunicaciones
disyuntivas y los pasquines de mentes opacas y mediocres. Es la situación de la
falta de credibilidad y de confianza entre unos y otros. Pareciera que siempre
nos proyectamos hacia el fracaso y no hacia el éxito. La aureola de la envidia
que como el virus mutante nos ha contagiado y se ha enquistado en todos
nosotros y es cuando todas esas aristas nos convierten en ilusionistas de
fracasados.
Los ejemplos son a montones. Vivimos
en un frecuente choque de críticas que no conducen a nada antes por el
contrario con estas críticas insulsas las aprovechan los de afuera para darnos
palo y todo ello repercute en el accionar y en el mismo desarrollo de nuestro
municipio. Además de críticas están los que mejor “juzgan” a cada uno de
nosotros en cada esquina donde hacen trizas de acuerdo a las circunstancias: a
los que están arriba son cuestionados por lo que adquieren, a los que están
abajo son dilapidados sin ninguna consideración. Inclusive es casi prohibido
hablar bien de nadie, porque nadie se merece que se hable bien de él o de ella.
Las mujeres son las que peor libradas salen sobre todo en su moral donde no son
quemadas con incensio sino con leña del infierno.
Razón tiene pues el amigo Juan Celedón
Gutiérrez cuando lo expresa tajantemente que en lo único que nos ponemos de
acuerdo es en desacuerdo. ¿Ahora si entienden por qué Villanueva está como
está?
0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!:
Publicar un comentario