Por: Marlon Consuegra (@Drmconsuegra). Ante las multitudinarias
manifestaciones de apoyo a la libertad de expresión, por los recientes y
repudiables hechos terroristas contra los caricaturistas de “Charlie Hebdo”,
quiero hacer valer mi derecho a expresarme también. Y, considerando que mis
palabras atañen un sentimiento de empatía con los familiares y seguidores de
las víctimas, también considero que en determinadas circunstancias decir lo que
se piensa podría ser peligroso, más aún en el contexto y/o el escenario donde
se hacen valer esas libertades.
Consciente también de que mis francas
palabras pueden generar ampollas en algunos sectores, aclaro que en ninguna
parte del texto deseo justificar la violencia en ninguna de sus expresiones, ni
escrita ni física; y además, quiero mencionar algunas precisiones sobre lo que
son a mi parecer las pasiones, sin que esto me exima de responsabilidad por lo
que publico.
La pasión es esa oscura energía que nace
de lo profundo de los anhelos, es esa fuerza que se proyecta en lo que se admira,
lo que se quiere ser o lo que se venera. Es muchas veces el motor que hace que
individual o colectivamente se logren objetivos inverosímiles. Y digo que es oscura,
porque gracias a esas pasiones (religiosas, políticas, regionales, culturales,
etc.), se plagan muchos entornos con discusiones fútiles y monótonas en el
mejor de los casos, o en el peor de ellos cuando hay víctimas mortales.
Polarizarme en uno u otro bando podría
hacerme caer en lo que estoy criticando
en este momento, pero es mi derecho (más que mi deber), preguntar a los medios,
¿cuál es su responsabilidad en estos desenlaces fatales? –Culpar a los
periodistas, tristemente víctimas a través de la historia por lo que publican,
podría ser tan irresponsable como culpar a las mujeres víctimas de abusos
sexuales, por la forma como se visten. Pero realmente no se trata de un
problema de fondo sino de forma. Hay muchas formas de trasmitir lo que se
piensa sin buscar herir la sensibilidad de las masas, o transgredir las complejas
formas de la diversidad.
Entre las pasiones que paradójicamente
más nos dividen y universalizan están las políticas y las de culto,
curiosamente las más relacionadas en el derramamiento de sangre del planeta a
través de su historia. Quiero por otro lado asimismo hacer mención a la risa,
esa explosión fisiológica que nos humaniza y nos hace diferentes a cualquier
otra especie, que puede desencadenarse por cualquier tipo de caricia, sonido o
situación. Y es que el humor es en ocasiones la única forma de acercarnos a la
realidad de la que queremos estar lejos.
Podría mencionar también a muchos
genios del humor inteligente, con Jaime Garzón a la cabeza, (toda una
institución en el tema), quien a pesar de la admiración que su aura generaba,
no lo hizo inmune a las balas que lo silenciaron; y pese a su diverso
repertorio, no recuerdo haber visto un programa que utilizara la religión como
tema de burla; o Vladimir Flórez –Vladdo, otro genio del humor, agudo con el
grafito, que con sus chispas de talento ha mezclado información, denuncia y
humor, y las ha plasmado en un papel o medio digital, sin llegar a la
vulgaridad en sus publicaciones, pero con enemigos públicos y privados tan
numerosos como los conflictos existenciales de Aleyda.
Sabiendo que la prensa tiene un poder
sobre las masas de infinita volatilidad, traigo a colación el ejemplo más
sonado de la década de los 70´s, donde dos periodistas del Washington Post,
mediante sus admirables investigaciones hicieron que de manera inédita, el
hombre más poderoso del planeta, El Presidente Richard Nixon, dimitiera del
cargo, por el famoso caso conocido como el escándalo del Watergate. Por eso
insisto que su responsabilidad y su ética obligan que su oficio informe,
denuncie, divierta, etc., pero que no se utilice de manera sistemática el
bullying contra el dogma y sus practicantes como medio para captar seguidores,
pues también pueden ser generadores de violencia; y si es cierto que “La pluma
es más poderosa que la espada”, no utilicen ese cuarto poder para encender la llama de los fundamentalistas que
pueden estar dormidos hasta que sus formas de transmitir los despiertan.
Finalmente, creo que la tolerancia no nace de
un día para otro, y que son ustedes también uno de los pilares que han logrado enseñarnos
mediante sus mensajes de sensibilización y socialización a reconocer y a
aceptar la pluriculturalidad de la sociedad y a aprender a convivir
pacíficamente con esas diferencias. Sigan utilizando de manera positiva esas
herramientas y no utilicen la apología al odio contra las religiones o el
pensamiento de las minorías, porque nadie tiene ese derecho.
Marlon Consuegra
Villanueva mi@
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