Por: Fabrina Acosta Contreras. Todo comenzó un Noviembre
esperanzador, cuando sostenía uno de esos acostumbrados diálogos constructivos
con Maria Lucía Lacouture (Malu); así tejimos una nueva idea, un nuevo parto
colectivo; después del hermoso lanzamiento del libro “Evas culpables, Adanes
inocentes”, teníamos el reto de seguir creando espacios culturales para la
Guajira con un mensaje de inclusión e igualdad; fue cuando la Eva madrina (Malu)
me comentó sobre hacer un evento con mujeres en el Vallenato, aun no lo
habíamos bautizado pero era suficiente tener la inquietud e imaginar a unas
Evas musicales hablando e interpretando la música vallenata como para sentir inspiración
y alegría; en pocos días el equipo en pleno de la Asociación “Evas&Adanes”
ya estaba dispuesto a hacer realidad un nuevo sueño.
Comenzamos a ver quienes podrían ser
invitadas y poco a poco, como fluye el viento en tardes de verano o la musa en
las mañanitas de invierno; teníamos los nombres de nuestras Evas y Adanes
musicales; a las que sin contactar sabíamos que dirían sí a nuestra propuesta.
Pasaron los días y seguíamos tejiendo la
idea en la distancia (cercana) de las hermandades, Malu en Bogotá y yo en
Barranquilla pero con nuestros corazones completamente comprometidos con la
tierra Guajira. Fueron muchas llamadas y consultas y poco a poco avanzábamos;
de repente teníamos el nombre del evento “Foro concierto: La mujer en el
vallenato”; y como un hijo que se quiere mucho lo cuidábamos y día a día
hacíamos lo posible para darle más forma, más vida.
Entendimos que lo relevante no era
solo el evento, sino las hermandades que se generarían para hablar un mismo lenguaje
y construir un mismo propósito; así fue como logramos consolidar un equipo de
Evas amantes de la cultura y el arte; estábamos unidas a través de las
facilidades tecnológicas que la actualidad permite, surgían afectos y sinergias
como úteros fértiles que paren al mundo amor y transformación; Valledupar,
Bogotá, Barranquilla y Riohacha se hacían un solo territorio: el de las Evas
musicales y creativas, no había limites solo conductos destapados de esperanzas
por una nueva cultura de la No violencia.
De esa manera, ya los latidos eran de
puro corazón vallenato con Lucy Vidal, nos imaginábamos a través de la ventana
marroncita en la voz de Eliana Gnecco, nos deleitábamos en el canto de Carolina
Celedón hasta llegar a decirle: Te juro que no te olvidaremos; y las notas de
un acordeón interpretado por una princesa Maria Silena Ovalle con temple de
reina, nos hacían sentir que el público se estremecería entre emociones
profundas que saltarían hacia el infinito mar de Riohacha; imaginábamos al
público tarareando los coros de las mejores canciones escogidas para un foro
sin precedentes en la historia de nuestra amada dama inclina del norte de
Colombia.
Así fue como el 20 de Marzo en el
marco del Festival Francisco el hombre, “Evas&Adanes” musicales hablaron y
cantaron vallenato en una tarde de brisa poderosa frente al mar riohachero coloreado
con su mejor azul infinito.
Para cumplir con nuestra propuesta de
equidad decidimos que las Evas musicales fueran acompañadas por dos Adanes
compositores Marciano Martínez y Félix Carillo Hinojosa y un moderador (Ismael
Fernández) que es un Adán absolutamente comprometido con la causa.
Así fue creado un espacio de amor para
las más de 100 personas que entre sonrisas, lágrimas y recuerdos de amores y
conquistas, redescubrieron en la música la posibilidad de lograr la igualdad y
resignificar a las mujeres a través de letras que promuevan el amor y la
equidad; y no la violencia contra ellas.
Las Evas no son solamente una musa de
inspiración, sino también protagonistas del vallenato que pueden componer,
interpretar y cantar sin perder la femineidad; y como mujeres tejedoras de paz
logran naturalmente aportar a un nuevo edén donde no existan serpientes
provocadoras, ni manzanas de discordia, tampoco mentes patriarcales que
establezcan el vallenato como algo exclusivo de los hombres; sino que posibilitan
el respeto por las diversidades y relaciones humanizadas donde los disensos
pueden llegar a ser consensos, y así las
Evas no sean culpables (provocadoras) ni los Adanes inocentes (provocados).
Viva el vallenato y las mujeres como
protagonistas de una cultura de la no violencia, y termino con un ¡Ay Ombe! con
sabor a provincia que puede ser interpretado como un agradecimiento a Dios por
tener nuevas hermandades con mis Evas musicales, con las cuales, seguiremos
pariendo sorpresas para aportar a un nuevo Edén en la Guajira; gracias Lucy,
Carolina, Eliana, Malu y Maria Silena por ser atre-vidas y sumarse a esta causa
esperanzadora.
Todo esto está bien, pero y dónde se puede tener acceso a las conclusiones del FORO? y si para prepararlo se apoyaron en los avances de la Tecnología (ya que organizaron todo estando cada una en una ciudad distinta), por qué no pensaron en transmitir el evento por la web?... es fácil, es gratis... y en lugar de 100 personas pudo haber otros cientos más participando...