“Se nos fue un hermanito yo parrandeando me siento solo, fue un amigo distinto fuera de serie que dio de todo, perdóname Dios mio si nadie soy pa’ censurarte, renegué resentío cuando a mi amigo te llevastes, Oiga compadre si hay otra vida en el cielo allá nos encontraremos no nos queda más, seguramente cerquitica quedaremos creo que San Pedro a los buenos pone junto allá”, canción a un Amigo, interpretada magistralmente por la joven voz tenor del vallenato, Iván Villazón, una humilde mención para un homenaje póstumo a Juan José Bolaños Daza “chiche” y Nicolas Mora Sánchez “Tola”, descansen en la paz de nuestro señor Jesucristo, amigos por siempre, de igual forma con sentimiento de tristeza acompaño a las familias de las demás víctimas de este fatal accidente.
Se fueron, sí señor, se fueron los amigos y con ellos las esperanzas de sus familias que tenían el depósito de subsistencia en las actividades realizadas diariamente por estos baluartes y dignos representantes de su estirpe familiar, siempre con el orgullo y la tranquilidad de cumplir como los padres responsables y ejemplares que lucharon con la realidad diaria a la que enfrentaban con gallardía y placer porque sabían que la compensación siempre sería esa sonrisa y ese abrazo fraterno y caluroso de los frutos que hoy le dejan a esta comunidad abnegada y egoísta al momento de crear y generar mecanismos de protección y control en unas carreteras donde las autoridades aparecen para poner carnadas en anzuelos que sólo proliferan la corrupción representada en el mejor postor o distribuidor de este combustible del demonio.
Nunca pensó la vieja Pilar que ese sería el último viaje del viejo Tola, el hombre de la sonrisa franca y el incondicional amigo que sí cincuenta veces pasaba por el frente de uno, cincuenta veces lo saludaba porque decía compadre lo voy a volvé a saluda porque uno nunca sabe, así fue mi amigazo usted nunca supo que pasó, cual fue la razón, motivo o circunstancia que generó ese fatal accidente fruto de la irracionalidad de los que creen que es mejor andar con la muerte a sus espaldas que generar mecanismo o espacios donde exista una garantía mínima para conseguir de otra forma o alternativa el sustento para sus familias.
La cancha del Corán está de luto, la del San Luís, la del 11 de Junio, esas que tienen bien marcadas las huellas de los guayos de mi compadre “Chiche” Bolaños, goles por montón anécdotas sin igual y siempre el carisma único y sin igual que este muchacho bajito de estatura pero grande de corazón hoy les deja a sus amigos, familiares y ejemplares hijos; la última vez que me encontré con este baluarte que hoy engalana la gloria celestial fue el sábado 9 de enero de 2010, en la esquina de la mil delicias, como siempre la invitación que no faltaba, “compadre Raymon mañana a las seis de la mañana vamos a jugar fútbol lo espero”; yo no le cumplí la cita, pero él se la cumplió a Dios como el buen cristiano y obediente terrenal que dio muestra de respeto, buenos principios y grandes valores, esos inculcados por la vieja Rosa y su ejemplar Padre que hoy encabeza la comitiva celestial de su recibimiento.
Se fueron, sí señor, se fueron los amigos y con ellos las esperanzas de sus familias que tenían el depósito de subsistencia en las actividades realizadas diariamente por estos baluartes y dignos representantes de su estirpe familiar, siempre con el orgullo y la tranquilidad de cumplir como los padres responsables y ejemplares que lucharon con la realidad diaria a la que enfrentaban con gallardía y placer porque sabían que la compensación siempre sería esa sonrisa y ese abrazo fraterno y caluroso de los frutos que hoy le dejan a esta comunidad abnegada y egoísta al momento de crear y generar mecanismos de protección y control en unas carreteras donde las autoridades aparecen para poner carnadas en anzuelos que sólo proliferan la corrupción representada en el mejor postor o distribuidor de este combustible del demonio.
Nunca pensó la vieja Pilar que ese sería el último viaje del viejo Tola, el hombre de la sonrisa franca y el incondicional amigo que sí cincuenta veces pasaba por el frente de uno, cincuenta veces lo saludaba porque decía compadre lo voy a volvé a saluda porque uno nunca sabe, así fue mi amigazo usted nunca supo que pasó, cual fue la razón, motivo o circunstancia que generó ese fatal accidente fruto de la irracionalidad de los que creen que es mejor andar con la muerte a sus espaldas que generar mecanismo o espacios donde exista una garantía mínima para conseguir de otra forma o alternativa el sustento para sus familias.
La cancha del Corán está de luto, la del San Luís, la del 11 de Junio, esas que tienen bien marcadas las huellas de los guayos de mi compadre “Chiche” Bolaños, goles por montón anécdotas sin igual y siempre el carisma único y sin igual que este muchacho bajito de estatura pero grande de corazón hoy les deja a sus amigos, familiares y ejemplares hijos; la última vez que me encontré con este baluarte que hoy engalana la gloria celestial fue el sábado 9 de enero de 2010, en la esquina de la mil delicias, como siempre la invitación que no faltaba, “compadre Raymon mañana a las seis de la mañana vamos a jugar fútbol lo espero”; yo no le cumplí la cita, pero él se la cumplió a Dios como el buen cristiano y obediente terrenal que dio muestra de respeto, buenos principios y grandes valores, esos inculcados por la vieja Rosa y su ejemplar Padre que hoy encabeza la comitiva celestial de su recibimiento.
Los familiares de nuestros amigos hoy están inundados de tristeza, el dolor es muy grande para ellos por la forma como perdieron la vida, para los demás es solo un episodio más en las carreteras de la muerte que cada día en su propio afán cobraran más vidas porque están a merced del destino que se encarga de poner en el lugar equivocado a quienes con un sueño y una ilusión salieron de sus hogares para nunca más volver.
Donde están las autoridades competentes encargadas de hacer cumplir las leyes, las normas, la justicia, donde están los ilustres, los prestantes, los dirigentes, los proselitistas, los alcaldes; están ocupados, están en política, están en los clubes, están contratando, están ejecutando recursos, así se ve el panorama oscuro y aterrador cuando nos damos cuenta que estamos sin ley y sin protección, yo me pregunto hace cuanto está de moda el contrabando de gasolina, cuantos vehículos cumplen con las especificaciones mínimas para su transporte, cuantos se han detenido a mirar el riesgo que corre la manipulación de este lubricante, no hay tiempo para eso, hay tiempo para atender desastres y calamidades cuando suceden y en ese momento prometer el cielo y la tierra como programa de campaña política a sabiendas que indirectamente están jugando con el dolor de unas familias que lo perdieron todo porque la vida no se recupera.
Creo que lo único que se puede concluir con estos acontecimientos es que para nuestros gobernantes es mejor lamentar que prevenir, Dios los proteja y los asista para que no les toque sentir el desasosiego y la tristeza que embarga la pérdida de un ser querido mezclado con la impotencia de los factores absurdos que se generan por comercializar combustible en un entorno vial y comercial que condenara a nuestros pueblos.
A todos los familiares de los seres humanos fallecidos en este absurdo accidente, a mi primo Cheve Enrique e hijos, de igual forma a la mella, el alma de Amparo y la de tu hermana nunca les desampararan, fortaleza y mucha resignación.
A la señora Pilar y el señor Nicolas Mora, hermanos y familiares, mis más sentidas condolencias, de igual forma a la señora Rosa, Yesenia, Wilmar Bolaños Daza y familia, en la distancia los acompaño de corazón en este dolor tan grande que hoy los embarga.
Con el agradecimiento y el respeto de siempre.
Raymon Guillermo Sales Contreras
Columnista Villanueva mi@
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