Hernán Baquero Bracho Columnista |
Que vaina la muerte intempestiva genera tristeza y dolor y es cuando
se remolinan en la mente pasajes y recuerdos de la persona que deja un gran
vacío en una familia, en una comunidad, en una generación de profesionales y en
una Región. El absurdo accidente de tránsito ocurrido el martes 7 de mayo donde
fallecieron cuatro personas, donde Rafael Enrique Maestre Orcasitas, joven
profesional del derecho y quien era conocido cariñosamente en Villanueva como
“Koky” no solo en su profesión, sino en su liderazgo y en su servicio de las
clases más necesitadas del “Cuna de Acordeones”, dejó a miles de Villanueveros
estupefactos por la trágica noticia, las redes sociales colapsaron por la
muerte prematura de “Koky” donde más de uno no lo podía creer.
“Koky” era el orgullo de su madre y de su familia,
la líder comunitaria Genith Orcasitas Pérez, ampliamente conocida como “La
Capora”, mujer de una verborrea impresionante y defensora de las causas más
nobles de su pueblo: humanitaria, sincerota, con personalidad, arrojo y
valiente para expresarle a cualquier verdades por muy duras que fueran. Y de
allí de ese amor, de ese ejemplo de madre orgullosa, su hijo “Koky” aprendió a
jalonar y a querer a los más débiles y por ello para cristalizar esos sueños,
entró al claustro Universitario en la Corporación Universitaria de La Costa de
Barranquilla y se convirtió en Profesional del Derecho y fue más allá, continuo
estudiando siempre con la mirada puesta en su Villanueva del alma e hizo
Diplomados y Posgrados porque su gran sueño era ser un buen Alcalde de
Villanueva y murió con esos sueños por ello su futuro se vio truncado ante este
absurdo accidente. Somos creyentes y como creyentes en ese Dios todopoderoso,
tenemos que aceptar los designios de EL por muy duros que ellos sean, así nos
golpeen el alma y afecten lo más profundo de nuestros corazones.
En esa noche del martes siete de mayo, en la
residencia de su madre donde fue velado, la gente llegaba por los cuatro
costados a darle y a entregar sentimientos de dolor a la gran “Capora” y a sus
hijas y es cuando ante ese cuadro inerme de desesperanza, de llanto y de
confusión, se le arruga a uno el alma al ver a una madre desconsolada por la
muerte de su hijo amado y en ella y en su hermana Diana es cuando la suma
de recuerdos de lo que fue “Koky” en vida se convierten en nostalgia y asoman
las lagrimas de manera copiosa, de manera rabiosa y bajo los efectos de una
quimera de amor. Un cuadro para no olvidar, un cuadro donde los más débiles
también se apegaron al dolor de esa madre que como en la canción Vallenata, del
inmortal Tobias Enrique Pumarejo, no la consolaba nadie. Su esposa Dayana
Alarcon y su pequeña hija conformaban ese cuadro de dolor.
Y el sepelio que fue junto con el de su amigo “Nene”
Cuadrado y “Lleras” el cuadro era más aterrador. El pueblo en masa se volcó a
la Iglesia Santo Tomas a darles el último adiós, en medio de esa tristeza, de
ese dolor y la lluvia que amainaba para que hombres del campo llegaran en sana
paz a su última morada. Las escenas de tanta congoja y de tanto amor a los
seres queridos se apretujaban por los ojos y se almacenaban en tantas personas
buenas que tiene Villanueva y que todavía a esas alturas no lo podían creer.
Las reflexiones del sacerdote Elkin Rojas llegaron a lo más profundo de una Iglesia
donde no le cavia un alma mas y al salir de ella, solo se sentían
en lontananza los cantos del tenor Villanuevero, Eduardo Martínez Ferreira,
donde en forma melancólica irían a un lugar donde no existe ni la amargura, ni
el odio, ni la envidia, solo la paz celestial donde moran los caídos por
diferentes circunstancias y por diferentes modos llegan a alegrar el canto
celestial del Dios del amor y del Dios de la vida. Solo queda el recuerdo
imperecedero del “Koky” Maestre Orcasitas, del “Nene” Cuadrado y “Lleras”, con
la alegría que salieron de sus hogares a cultivar la tierra y a dar ejemplo del
trabajo honrado pero una “Cerda en el camino” truncó la vida de un líder que
podía haber escrito la historia de Villanueva de manera cristalina. ¡Paz en sus
tumbas!
Imagen: Villanueva24H (Didier Hernández)
0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!:
Publicar un comentario