Hernán Baquero Bracho Columnista |
El departamento de La Guajira está entre los 12º 30’ y los 10º 28’ de
latitud norte y los 71º 10’ y los 73º 40’ de longitud. Se encuentra dividido
así: 5.602 km2 de vegetación desértica, 5.075 km2 de cardonales, 1.250 km2 de bosques menores, 625 km2 de manglar y 5.213 km2de zona sin bosque. La Guajira es una
región de contrastes desde que La Guajira es La Guajira. Aquí siempre se ha
escrito de manera recta con renglones torcidos. Analicen ustedes mis queridos
lectores de los contrastes que ha tenido la Península por siglos. El norte de
La Guajira es desértico, el sur por lo contrario es vegetación: fauna y flora
abundante. El norte siempre ha sido el territorio de la gran nación wayuu,
aquellos que expulsaron a los saqueadores o españoles de su tierra, cuando
erigieron su primera morada en bahía honda. El norte hace contraste con el sur
en toda su majestuosidad: fertilidad de suelos, agua, estribaciones,
costumbres, cultura y la gente. Riohacha vino a ser un punto intermedio entre
el norte y el sur. Riohacha perteneció en su época a la floreciente Provincia
de Padilla.
Otro de los grandes contrastes, mientras la llamada alta Guajira el
sol es canicular, producto del mismo desierto y de la salinidad de sus mares,
en el cono sur del departamento y en el municipio de Dibulla existen los
llamados “picos de temperatura”, con el Cerro Pintao que comparten Villanueva,
Urumita y la Jagua del Pilar y la Sierra Nevada que comparten Riohacha, Dibulla
y San Juan del Cesar, solo en estas dos regiones existen los Páramos y en el
norte de la Península la aridez de su desierto. Pero el norte es rico en
vientos que lo colocan en el primer plano en Colombia para generar energía
eólica, tal como en efecto está sucediendo y la espectacularidad de sus playas
desde Dibulla, Camarones, Manaure, Uribia (poportrin, Cabo de la Vela, Bahía
Hondita) y en pleno desierto surge la Macuira con sus nieblas, su
exuberante vegetación, su clima, sus manantiales que hacen un gran contraste
con el desierto rojo, en pleno Nazareth.
Pero los mayores contrastes los presenta el departamento en su
anhelado desarrollo. ¿Cómo es posible que siendo Manaure tan rico en
yacimientos de gas natural y que surte a toda la región Caribe y parte del país
andino continúa sumida en la más absoluta pobreza con índices de necesidades
básicas insatisfechas del 68% y con los mayores índices de desnutrición de La
Guajira y del país? ¿Cómo es posible este contraste con Riohacha su ciudad
capital que tal solo a pocos kilómetros ocho ríos caudalosos en la mayor parte
del año desperdician sus afluentes al mar Caribe y es la hora que no dispone de
un buen acueducto y un servicio continuo de agua potable las 24 horas del día?
Es quizás el mayor contraste, el más protuberante de este departamento rico en
recursos naturales pero en su accionar ha sido paupérrimo por la miopía y la
ceguera intelectual de sus dirigentes.
Otro contraste es el de Uribia, donde el imponente puerto Bolívar por
donde se exporta carbón a la mayor parte del mundo, donde un tren cruza raudo
en más de 100 kilómetros el municipio con mayor índice de indígenas y con el
mayor índice de pobreza, desnutrición y analfabetismo, donde se producen 20
mega vatios de energía eólica para consumo nacional, el wayuu continua
muriéndose de sed y el progreso es apenas una limosna a sus pies descalzos y de
este aparente progreso solo alcanza a recoger migajas como si fueran
desperdicios de su supervivencia. Esto sí es un contraste que deja perplejos a
propios y extraños.
No que decir del contraste entre lo que ha recibido por concepto de
regalías el municipio de Hatonuevo y su triste realidad, pareciera más un
pueblo con una tronera de caos y desorden, sin rumbo ni norte en su andamiaje.
¡Qué horror! Y sí continuáramos mirando los contrastes no los propios de su
geografía, sino de su gente nos horrorizaríamos más por tanta ineptitud y tanta
mediocridad. Solo para mencionar a municipios como Urumita y Villanueva que sin
recibir regalías directas muestran más desarrollo y mas progreso que otros que
en cambio han recibido regalías por décadas pero que se han ido atomizando y
desapareciendo como por encanto de magia. Se las dejo ahí.
muy buena la columna hernan seria, real y cosecuente