Hernan Baquero Bracho. Todo lo que
está sucediendo en torno al Festival Cuna de Acordeones es preocupante y da
para varias reflexiones. No hay que ocultar que una falta de planificación y de
gestión tiene “al cuna” en la crisis de la versión actual. Las discrepancias
que el consejo directivo de la fundación tiene con la administración municipal
deben ser subsanadas al menor tiempo posible.
Las críticas constructivas de los
expresidentes del festival como “Beto” Barros Mattos, Rodrigo Daza Cárdenas,
“Cao” Mendoza Guerra y del director del programa de opinión “La Matraca”
Juan Celedon Gutiérrez deben ser asumidas como tales y no como ataques
personales a los directivos del Festival y deben tener la sindéresis de
aceptarlas como beneficio de inventario y como mejoramiento en el tema
gerencial. Las reflexiones pueden ser de este corte: una, a los demonios no hay
que creerles ni cuando dicen la verdad; dos, la ignorancia es temporal pero la
estupidez dura para siempre; tres, la fama es como la flor, que tan pronto
brota, muere, y la marchita el mismo sol que la hizo nacer; cuatro,
cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace, cuanto más presume una
persona, mayor es el fastidio de la sociedad hacia él y quinta, el envidioso
crea la calumnia, el chismoso la difunde y el idiota la cree.
Pero lejos de todas estas reflexiones
que son el pan de cada día en el trascurrir de la cotidianidad del pueblo
villanuevero, lo esencial y primordial es nuestro festival que es el único
patrimonio histórico y cultural con que cuenta Villanueva. El festival que este
año llega a la 36 versión, ha sido la construcción de un sueño que un grupo de
villanueveros forjaron por su tierra, que visionaron en bien de su cultura, de
su folclor y de su riqueza musical. Todo sucedió en el año de 1979 y desde esa
fecha Villanueva ha sido siempre engalanada por esa gesta cultural y nuestro
festival se ha mantenido incólume en la cima del éxito y del reconocimiento no
solo regional sino nacional, donde el sol no solo ha brillado para el festival
vallenato sino que en segunda instancia esa misma luz ha esculpido en letras
inmarcesibles la gloria del Cuna de Acordeones de nuestra natal Villanueva.
Ahora la circunstancias han cambiado
en diferentes facetas, que en la mayoría de los casos no ha sido por culpa del
consejo directivo y su presidente ejecutivo, un icono y mito viviente del
vallenato Israel Romero Ospino. Su figura preclara, probo y sin macula en todas
las actuaciones de su vida no solo folclórica – musical sino personal. Él nos
representa con decoro en el ámbito nacional e internacional, es la figura
indiscutible del festival así a otros no les parezca y otros vivan atizando
hogueras de la disocialidad, del encono y de la egolatría que tanto daño hace
hoy y mueve los cimientos de la credibilidad y de la confianza de una raza
pujante como ha sido la villanuevera.
Desde que el cuna y su festival
comenzó a brillar en el horizonte, es decir desde sus inicios Israel Romero
como buen villanuevero se ha convertido en un gran colaborador, de eso no hay
la menor duda y desde hace 10 años ejerce con lujo de competencia la
presidencia del Cuna de Acordeones y lo otro que le da la razón total al “Pollo
Isra” es que el festival jamás ha sido politizado en toda su historia, por ello
se ha plantado en la raya para que “El Cuna” se conserve en la originalidad
para el cual fue creado y fundado.
Entonces amigos villanueveros, lo más
importante que tiene Villanueva y su mayor patrimonio es el Festival Cuna de
Acordeones, y todos sin distingos de ideologías, de clases o de color político
debemos darles un sí rotundo a nuestro festival y apoyarlo con nuestras
acciones. Como lo están haciendo el senador Bernardo Elías Vidal, el joven
profesional villanuevero Jaime Luis Lacouture, el profesional barranquero Decar
Solano y el gobernador José María Ballesteros, entre otros. Debemos ser
proactivos y no reactivos. La unión hace la fuerza, no nos dejemos tentar por
voces disonantes que en nada conducen al éxito sino al fracaso y eso no lo
podemos permitir desde ningún punto de vista. Es festival es tuyo, es nuestro,
es de todos y como tal debemos actuar en los momentos de crisis, porque en las
dificultades es donde debemos mostrar nuestra templanza y nuestra unidad.
Termino como lo expresara Martin Luther King “para tener enemigos no hace falta
declarar una guerra, solo basta decir lo que se piensa”
Que acertada y oportuna esta reflexión. En verdad es hora de que la gente de Villanueva se ponga seria y se una por el bien de ese maravilloso pueblo, y que no permitan que aquellas personas mal intencionadas acaben con una tradición tan linda como lo es el Festival Cuna de Acordeones.