Por: Raymon Guillermo Sales Contreras. “…No son los dos sexos superiores o inferiores
el uno al otro. Son, simplemente, distintos…”.Gregorio Marañón (Médico y
escritor español).
Es tanta la rebelión social que ha generado el programa del Ministerio
de Educación Nacional en cabeza de la Ministra Gina Parody, en considerar una
directriz que busca incluir la ideología de género (que vincula temas de
tolerancia y orientación sexual) en los manuales de convivencia de los
colegios, que toda la nación esta escandalizada por tan inadmisible
pronunciamiento.
Es necesario referenciar que en un país con una diversidad étnica,
cultural, religiosa y social, se evidencian unos indicadores de comportamiento
definidos por unos valores y costumbres muy arraigadas a sus regiones. No es el
mismo grado de aceptación que tienen las grandes urbes del país con el tema de
diversidad de género; que el identificado y adoptado en las provincias y
regiones más lejanas de esa civilización moderna y anarquista.
En Colombia se observa con mucha frecuencia como se ilustran o se
proyectan directrices y programas desde la óptica capitalina de la fría Bogotá,
no es descabellante para una Ministra formada en algunas de las etapas de su
vida en el exterior y graduada de colegios y universidades donde la moral y la
ética se determina en lo que corresponde al estrato social de cada responsable,
donde sus actos y comportamientos se quedan en un tráfico de influencia y un
saludo a la bandera por tratarse de las familias más representativas o
pudientes del país.
Solo por mencionar un caso, cuantos abortos se practican en clínicas y
fundaciones medicas de círculos exclusivos del estado donde los médicos tienen
la autonomía y decisión de acceder a los intereses de las partes involucradas
para no generar un caos o la degeneración de un apellido de una familia
prestante. Esas estadísticas no se registran como lo que son, un delito, se
relacionan como una interrupción de un embarazo por el alto riesgo de muerte.
Como pretendemos que en la fe que nos identifica y la formación que
hemos recibido de nuestras familias, con el acompañamiento de las cátedras
académicas implementadas en nuestra formación personal y social; aceptar de la
noche a la mañana que se implementen manuales de diversidad de géneros cuando
los documentos de identidad que nos identifican, solo traen dos caracteres de
información, masculino o femenino, es por eso Ministra, que no es solo cuestión
de Genero.
Como complemento a la situación y tratando de aterrizar a la realidad lo
que se pretende implementar, hay un componente cultural al que todavía no
estamos acostumbrados, nos impacta ver en ocasiones a dos personas del mismo
sexo recibiendo caricias y actos obscenos que en su calidad de igualdad de
género, consideran que esta dentro de lo que generalmente hacen las personas de
sexos opuestos.
La reflexión que hago es con el fin de relacionar en este mensaje, que
no puede ser apresurado el criterio de implementar una catedra o directriz en
lo que corresponde a igualdad de géneros en los manuales de convivencia de los
colegios e instituciones educativas, lo que constitucionalmente este definido
debe estar articulado a desarrollar estrategias que aseguren un control y un
alcance hasta donde se pretenda llegar con estas aplicaciones y el valor
agregado que se pueda evidenciar en pro de preservar los valores y principios
que representan y representaran una sociedad o una comunidad que construye
familia basada en comportamientos adecuados y hogares ejemplares.
Con el cariño y respeto de siempre.
Raymon Guillermo Sales Contreras
Columnista Villanueva mi@
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