Por: Raymon Guillermo Sales Contreras “…Hoy en día se me
antoja de cantarle a mi mamá, y elogiar ese vientre que fecundo a sus hijos, la
razón ha influido pa' decir la verdad, ya ella crío a todos sus hijos ya dejó
de amamantar, y ahora está envejeciendo cuidando a mi papa…”. Gracias por
Quererla, magna composición de un hijo como el Cacique de la Junta a su
excepcional madre.
Haciendo el preámbulo con la letra de
una canción insigne que representa el amor de un hijo a su madre y analizando
lo que en el panorama político y jurisdiccional del país se evidencia en lo que
compete a la captura del Director de la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía y
el desempolvo de un caso de narcotráfico en la que se vio involucrada y
procesada penalmente; me asiste la duda de que clase de abuela tenía esa señora
y que diversidad de cocadas fabricaba y comercializaba.
En nuestra vida académica universitaria
siempre nos encontrábamos que para nuestros viajes hacia la capital del país y
en la estadía que duraba cada semestre, nuestros padres y abuelos se
preocupaban en prepararnos alimentos y enviarnos remesas para mitigar un poco
la situación de estudiante provinciano que con el objetivo de profesionalizarse
siempre encontraba limitaciones económicas propias del trasegar de la época;
por lo menos el agradecimiento con ellos es eterno situación que considero muy
respetuosamente no sucede con la esposa del Ex Director Anticorrupción de la
Fiscalía que su abuela a cambio le envolvió entre su menaje o remesa, unas
cocadas diferentes a las tradicionales que son de coco y panela.
En ocasiones uno analiza el tema de las
fantasías y excentricidades y llega a la conclusión que eso solo opera en las
artes y en las telenovelas; pero observando lo que en su momento un defensor
público o privado en aras de defender la honra, ética y moral de su cliente;
considera normal una situación como la de la abuela encocada que condeno a su
nieta a la vergüenza pública y la deshonra de una familia trabajadora y
honesta, esa es la verdad hasta que no se demuestre lo contrario todos gozamos
de este indicador.
Después de todo este relato y con el
respeto que me merecen todas las almas del purgatorio y en especial la de la
abuela de Carolina Rico, pido a Dios con profunda sinceridad que indulte todos
los pecados a esta señora que en su afán de proteger y acompañar a su ejemplar
nieta en la partida de todos sus viajes terrenales, involuntariamente empaco en
su maleta las cocadas que no eran para ella si no para su nieto que trabaja en
una panadería en Europa, amanecerá y veremos si ese cuento chino que se tragó
el ex fiscal anticorrupción para defenderla e indultarla, se lo traga Dios para
el perdón de todos los pecados de la abuelita y por ahí derecho Alejandro Lyons
no salga a decir que mando a consignar los recursos de las regalías que se le
enredaron con la abuelita de Carolina.
Con el respeto y el cariño de siempre.
Raymon Guillermo Sales Contreras
Columnista Villanueva mi@
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