Hernán
Baquero Bracho - Columnista Villanueva mi@. La política moderna se hace con propuestas más no con ofensas. La
decencia pública y la nobleza siempre han derrotado a la prepotencia y a la
altives. El que quiera comprobarlo que coja un metro y mida el carisma y la
simpatía. Cuando los candidatos a una corporación pública y sus seguidores
acuden a las ofensas personales, a las diatribas, a los odios, es porque no
tienen nada en la cabeza y las ideas y las propuestas han menguado su capacidad
intelectual y antes por el contrario la mediocridad aflora como su única arma
contra su misma impotencia.
En la
década de los 70 y de los 80, los discursos en las plazas públicas estaban
cargados de ofensas y de diatribas de unos contra otros, era una especie de
circo romano, donde los que iban o acudían a dichas convocatorias aplaudían
hasta la saciedad las ofensas y los odios cargados de resentimientos en contra
de su adversario. Pareciera que el gladiador mataba al otro como en la época
romana no a punta de espada sino a punta de lenguas venenosas y viperinas. Eso
lo vivimos en La Guajira y en Villanueva no fue ajeno estas contiendas que
carecían de propuestas pero que eran ricas en ofensas entre los políticos de la
época. Todavía se siente en lontananza esos discursos veinte julieros de
políticos de aquella época que ya no deben estar dando lidia sino criando
nietos y en sana paz con Dios y sus semejantes. Nombrarlos es darle la
importancia que no se merecen y que trataban a sus votantes como rebaños de
ovejas y como si fueran sus esclavos en esa democracia mal sana que tuvo
Colombia.
Se
iniciaron las campañas políticas y en Villanueva pareciera que muchos de estos
dirigentes no tienen nada en la cabeza, sino odios y ofensas personales que o
generan ni en sus seguidores ni en los que quieren conquistar simpatía son por
lo contrario rechazo. Hay algunos que parecieran el mismo diablo encarnando en
el mismo lucifer, con discursos de hace más de 40 años, pasados de modas y con
una impronta de maldad y de odio que pareciera que estuvieran viviendo la época
de la “CHULAVITA” y tratan de enquistar esos odios en sus seguidores para
alimentar la violencia cuando ya este pueblo está cansado de ella y cuando en
el país lo que se trata de buscar por todos los medios es esa paz esquiva que
no se deja agarrar por culpa de los mismos actores y de otros que alimentan la
misma guerra.
Da tristeza
escuchar a estos personajes que no buscan el bien común sino más bien añoran
sus reinados como si el feudalismo no hubiera pasado de moda en muchas
reuniones del país y lo más grave que ciertos candidatos como estos feudales de
antaño que no viven aquí, que no han construido residencia acá y que llegan
como unos gamonales a dar órdenes y a pontificar sobre la moral cuando no miran
lo que llevan por dentro de su pasado y de lo que hicieron y han hecho a lo
largo de su vida. Y fuera de eso vienen a irrespetar al pueblo villanuevero con
diatribas y ofensas y con discursos insulsos que lo único que generan es asco y
rechazo entre la gente de bien y pareciera que el olor a azufre se sintiera por
doquier.
En la
política moderna de la ciencia y de la tecnología, de la democracia
participativa, de los ideales y de la libertad de expresión, la gente lo que
quiere escuchar son propuestas serias y claras, realizables y que vallan
buscando el bienestar común y no el bienestar personal como ha sido la
constante que se ha venido dando en los últimos años en la democracia
colombiana. Propuestas para sacar a Villanueva del ostracismo en que se
encuentra y del alicaído subdesarrollo que está en cuidados intensivos y no en
ofensas personales que a lo único que conducen es a más resentimiento, a más
envidia y por lógica a más generación de violenia.
Espero que mis palabras no sean tomadas como diatribas pero siempre he pensado que las controversias, en el buen sentido de la palabra son sanas y generan ideas de mejora, y siendo consecuentes con lo bien expuesto por usted, amigo Hernán, muchos sabemos que además de las ofensas, hay tantas propuestas que sólo son eso y que se van a quedar en el papel, porque con el afán de ganar adeptos, prometen tanto, que no saben con qué lo podrán lograr y lo que es peor, los compromisos absorben a muchos candidatos, al punto que aun sabiendo con qué lo harán y existiendo el recurso, no podrán cumplir…poca mermelada para el pan!