Por: Hernan
Baquero Bracho. El jueves 05 del mes que corre, partió hacia las moradas del
Señor una mujer que Villanueva no podrá olvidar por largo tiempo: Carmen
González Daza, nuestra partera y enfermera mayor que tuvo la tierra de cuna de
acordeones por lustros, el hospital Santo Tomás es testigo mudo y fiel de su
trasegar por su capacidad de servicio que de manera desinteresada y con tanto
amor sirvió a los villanueveros. Carmen la de la sonrisa permanente, quien se
caracterizaba como un torbellino de simpatía y contagiaba con su parla y sus
buenas acciones que pareciera por decirlo de esta manera que encarnara a la
madre Teresa de Calcuta, por el amor y el cariño y el sacrificio como acudía no
solo al hospital, sino casa a casa a prestar sus servicios como la mejor
partera que ha tenido este pueblo.
La amiga
sin par, la que servía a sus semejantes sin mirar hora ni calendario. Una mujer
amigable y de procederes puros en su vida preclara y de sentimientos
encontrados con su Villanueva del alma. La hija amorosa de Franco González y “Pacha”
Daza, la esposa abnegada pero fiel a su eterno amor Rafael Del Gordo Barranco,
el profesor “Fito” quien en los últimos años le devolvió ese amor y no se le
despegó un instante de su lecho de enferma. La madre ejemplar o sino que lo
digan sus hijos José, Nereida y María Angélica Del Gordo González, hijos que la
cubrieron de amor y de cariño por todo lo que ella significaba en sus vidas,
como ejemplo de ese apostolado que tomó en todo su recorrido.
Como
hermana del Sagrado Corazón y de La Legión de María, pareciera que desde lo
alto descansó en paz en la presencia de la madre de Jesús. Tiene que haber
alguna conectividad entre esta gran mujer casi santa y los designios de Dios.
Ahí estaban ellas las de esta congregación acompañándola el día de sus exequias,
el viernes 6 de mayo. Ni el aguacero torrencial que cayó, fue óbice para que la
iglesia Santo Tomás se colmara de villanueveros para darle el último adiós a
Carmen González Daza. Allí en el recinto sagrado el ex alcalde de Villanueva
Jorge Juan Orozco Sánchez, en dos minutos exactos expresó lo que significó este
gran ser humano lleno de nobleza, de misericordia y ante todo amor al prójimo.
Dos minutos que fueron suficientes pero que de manera certera, el
dirigente villanuevero plasmó ante la feligresía la vida inmaculada de Carmen
González. La homilía del padre Iván Peláez Manjarrez, tuvo un significado tan
grande que caló en todos los corazones de los allí presentes. También de manera
clara y concisa hizo un repaso de lo que fue la vida de Carmen y que estas
exequias se convertían en una misa de acción de gracias por ella y su vida
dedicada a los más débiles y a los más vulnerables. Me uno al clamor del
cura párroco, gracias, gracias, Carmen González por tu vida y tu dedicación a
tus apostolados y a tantos seres humanos que nos trajiste con ese amor a este
mundo. Como yo, y cientos de villanueveros no tenemos como pagarte por
todo lo que hiciste por nosotros y solo quedó el eco en la iglesia de los
cantos celestiales del barítono villanuevero Eduardo Martínez Ferreira.
Dios la
recibirá con alegría, porque su amor lo colocó por encima de cualquier interés
económico o de otra índole. Nos duele su partida, pero sentimos regocijo en el
alma, quienes fuimos sus amigos, ahora descansa en paz.
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