Por:
Fabrina Acosta Contreras
“Sea como fuere lo que pienses, creo que es
mejor decirlo con buenas palabras"
William
Shakespeare
El título de
esta columna (que he decidido sea la última de este año) me recuerda ese
enunciado de los jóvenes de Bogotá con los cuales, trabajé hace algunos años, debo
confesar que me parecía un enunciado “ordinario”
pero precisamente apelo a esa expresión porque quiero sonar lo más
espontánea y sincera posible; esto que haré es una catarsis necesaria y salvadora,
lo primero es la gratitud por la vida, por el milagro de estar respirando aun y
ver a mi alrededor a gente que amo y me ama.
Pero este año
fue un tornado de emociones y experiencias que inevitablemente estremecen el
alma, perdí cuatro de mis amigos, mentores y aliados; se fueron con la rapidez
que suele tener la muerte, así sin preparar a nadie, incluso sin un ápice de
solidaridad, vi partir a los aliados que aportaron mucho a mi vida y que sin
rendirse en la lucha por la vida, la perdieron pero siguen siendo nuestros
ganadores; lloré lo que en años anteriores no había llorado y creo que eso se
traduce en muchos aprendizajes y cambios; y como una forma de danzar dichas
lágrimas, espero que estas letras representen un aplauso que llegue hasta el cielo
y haga sonreír a esos seres queridos que se fueron este año, en especial a mi
querida e inolvidable aliada Isabel López y a mi amigo Eduardo Pinto.
A lo bien,
quiero despedir este año con la esperanza de que el próximo tendremos más
cultos a la vida que a la muerte, puedo parecer una pesimista lejana al eterno
optimismo fabrinista, pero advertí que esto sería una catarsis; claramente es
hora de nuevos tiempos, de tejer transformaciones y esperanzas, de superar la
complejidad de un año bisiesto, en el que no solo despedí por causa de la
muerte física a personas que amé sino que debí sepultar en verdaderos actos de
amor a seres que siguen transitando mi vida y mis alrededores, a quienes debí
reinventar para ejercer la paz y no la guerra, porque eso nos deja la
cosificación de la humanidad, amistades que se fracturan por intereses egoístas
o festivales de egos.
Pero todo es
necesario para crecer, la mejor vía no es victimizarse sino fortalecerse y
llenarse de motivos para seguir viviendo con la precisa convicción de que la
reseca muerte no nos encuentre sin haber hecho lo suficiente, por eso, revierto
la melancolía que restringe las emociones creativas y transformadoras, para
decir, a lo bien 2016 te doy una buena despedida con sabor a sacudida y a
despertar; es hora de destapar conductos y propiciar nuevas realidades, para
ello es necesario sumar cadenas de afectos y ver a esos nuevos regalos que la
vida nos permite como aliados o aliadas de mil ocurrencias, eso nos falta,
volvernos una plataforma de apoyo, una inmensa red de alianzas donde unos y
otros compartamos nuestras fortalezas, porque no sirve de nada tener algo y no
ponerlo a la orden de los demás.
Le digo chao
al absurdo pesimismo, al rencor, al dolor y al miedo; este 2016 puso a prueba
ese complejo tema de la paz, no hablo la de los protocolos, mesas o acuerdos;
me refiero a la que se construye en la propia casa, es decir, en nuestros
cuerpos, almas y espíritus, en nuestros pensamientos y nuestro universo
familiar, social o cultural, ese cercano que pone a prueba nuestros discursos
pacifistas, nuestras capacidades de rehumanizarnos y sobreponernos al facilismo
del conflicto, de la rabia y de la guerra que armamos ante cualquier simpleza; chao a lo bien chao 2016 -
activaste el fuego más poderoso ese que se requiere para pulir de la manera más
fina el oro, quema ¡si claro! quema y bastante, pero al final queda el
resultado de un mejor ser humano, eso espero y eso esperamos quienes sabemos
que amar es urgente y transcender a las violencias y las crisis también; chao
2016 y bienvenido 2017 el cual, anhelo me regale más motivos para sonreír, más
razones para crear y más esperanzas para seguir; escribir es mi salvación y mi
real pasión, espero seguir tejiendo reflexiones siempre con el estilo
constructivista que impide resignarse aun en medio de los más impactantes caos.
Sigo firme,
siendo una eterna optimista, a lo bien chao 2016! Quiero menos lágrimas y más
sonrisas.
0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!:
Publicar un comentario