Por: José Joaquín “Kin”
Vence. Según cifras oficiales, el 2022 fue un año mucho más trágico, siniestro
en las vías del país. Aumentaron y de qué manera, las muertes y las lesiones
por accidentes de tránsito y como ya es usual, las motocicletas hicieron el
mayor aporte a tan deplorables sucesos.
Resulta inverosímil, por
usar un eufemismo, que conducir o transitar por las vías, sea sinónimo de
peligro y muerte; es imperdonable que no se haya encontrado la forma para bajar
tan funestos números. En tan delicado tema, no solo deben aportar las
autoridades, también debemos hacerlo los peatones, conductores, ciclistas,
ciudadanos todos. Es cierto que se han mejorado las maneras de acceder a una
licencia de conducción, se han establecido algunos controles, porque antes,
hubo casos donde se pagaba por un pase para manejar y le llegaba a su domicilio
a todo el que tuviese cómo pagar por ello.
Conocí casos donde personas
que no sabían manejar, que jamás habían agarrado un timón y adquirían una
licencia, porque en algún empleo se lo exigían. Pero las cifras oficiales de
las que hablo en el comienzo de este escrito, nos dicen a todos que no son
suficientes las medidas adoptadas, que estamos en pañales, que de no darse un
timonazo a ese asunto, seguirán muriendo miles y miles de ciudadanos, mientras
otros tantos terminarán lisiados. Es algo sumamente costoso para cualquier
nación, no solo en vidas humanas, sino en materia económica. Se gastan miles de
millones de pesos en vacunas para salvar vidas, pero más que las enfermedades,
nos está matando nuestra forma de conducir y de comportarnos en las vías. Todo
eso, con el agravante de que el mayor porcentaje de esos muertos, son jóvenes,
personas menores de 40 años, con toda una vida por delante, gente que recién
está estructurando un hogar, una familia, eso para no decir que muchos, ni
siquiera logran conocer su descendencia.
En Villanueva (que no escapa
a esa realidad nacional), murió hace muy poco un extraordinario líder y
dirigente conservador, mejor persona aún, Gonzalo Lacouture, un verdadero
general de 3 soles; pues bien, Gonzalo, hace más de 30 años, tuvo la grandiosa
idea de hacer el primer parque didáctico de La Guajira, donde están la mayoría
de las señales de tránsito, toda una herramienta para el aprendizaje de quienes
se quieran iniciar en el arte de conducir un vehículo
Ahí, en el barrio San Luis, a ese parque, se
lo está devorando la maleza y la desidia.
Mientras nuestros jóvenes
mueren tempranamente, no hemos sido capaces de darle el uso adecuado a
semejante herramienta. Deberíamos hallar la forma de llevar allí a todo el que
veamos cometiendo una infracción, que estoy seguro que de aplicar eso, la fila
llegaría hasta el Roque de Alba, pero, sin duda, sería un aporte para
bajar los índices de los siniestros viales en el municipio.
Mientras no hagamos algo, seguiremos los mayores
enterrando a los menores, cuando lo correcto sería que los muchachos entierren
a sus mayores.
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